La economía colombiana se contrajo un 0,3 % en el tercer trimestre del año según el Dane, con lo cual el país se mueve con pie firme hacia una recesión técnica -dos trimestres consecutivos con cifras en rojo-, el peor resultado del presente siglo, descontando el periodo de la pandemia.

Los resultados son malos en la mayoría de los frentes que mide el Dane. El decrecimiento de la construcción en el tercer trimestre fue del 8 %; la industria manufacturera se desplomó 6,2 %; el comercio, la reparación de vehículos y el transporte cayeron 3,5 %; la información y las comunicaciones disminuyeron 1,2 % y las actividades profesionales el 0,8 %.

Los datos del decrecimiento del PIB desde la perspectiva del gasto prendieron todas las alarmas; la demanda final interna se redujo en 6,8 %, como consecuencia del hundimiento en la inversión pública y privada del 33,5 % -especialmente en maquinaria, equipo y construcción- y de las importaciones en 21,5 %, que no logró ser compensada con el moderado aumento del 4,2 % en las exportaciones.

El alto gobierno, en lugar de asumir como propio el fracaso del manejo de la economía, optó por culpar al Banco de la Republica por el manejo de las tasas de interés, requerido para controlar el lado del gasto de la inflación. El gobierno, por su parte, no ha hecho nada para resolver los cuellos de botella agrícola, industrial y de comercio exterior para morigerar la inflación de dos dígitos.

A renglón seguido, el Ejecutivo prefirió irse, erradamente, contra la regla fiscal para, supuestamente, reemplazar la inversión privada con la pública, en lugar de mantener la disciplina fiscal, promover la confianza inversionista y mejorar la eficiencia del manejo presupuestal de la inversión, que detenta el peor registro de la historia reciente. La realidad es que el gobierno no ejecuta, ni adecuada ni oportunamente, el presupuesto nacional. Ahora pretende vender la peregrina idea que Venezuela sería el motor de la economía colombiana, a sabiendas de que el socialismo bolivariano arruinó una de las economías con mayor potencial económico de la región.

En el fondo, lo que falta, es un buen gobierno.