Antes de referirme del Mundial y la corrupción que todo devora, un breve comentario de las Sub-17. Craso error que la presión mediática, política y popular obligara a dar plata a las niñas. El deporte a esas edades debe ser amateur, jugar y disfrutar con amigos sin pensar en cuánto vas a ganar.

En lugar de ver como un premio llegar a una final y tener todo un país detrás, animándolas, sintiéndose orgulloso por ellas, decidieron poner precio a la pasión deportiva de las adolescentes: 25 millones.

El deporte se fomenta mejorando instalaciones, dotando a los clubes con material deportivo. Nunca pagando a menores de edad por hacer lo que les gusta.

Es una manera de copiar el estilo Catar, que tanto daño está haciendo al fútbol.

Queda una semana para el Mundial y muchos futboleros seguimos encontrando impresentable que lo organice una derrochona dictadura que solo logró ser anfitrión comprando voluntades a golpe de petrodólar.

Por mucho empeño que ponga, la Fifa ha sido incapaz de exhibir un solo argumento futbolístico convincente que justifique la victoria de Catar sobre otros aspirantes con méritos para albergar el Mundial 2022 y sin necesidad de trastocar los calendarios de los campeonatos locales.

Por eso, el veterano entrenador de Países Bajos, Louis van Gaal, dijo hace poco a un medio suizo: “Es ridículo que nosotros juguemos en Catar el Mundial para desarrollar el fútbol en ese país (como dijo la Fifa). Es pura m... Dinero e interés comercial son los motivos principales para la Fifa”.

El organismo que rige el balompié universal empezó a torcerse cuando el fallecido João Havelange, presidente de Fifa entre 1974 y 1998, sustituyó el amor al deporte por la ambición de amasar plata. Y empezó a corromperlo. Su sucesor, Joseph Blatter, no varió el rumbo y siguió guiando el organismo por las mismas pútridas cañerías que desembocan en decisiones tramposas como la que benefició al rico emirato árabe.

Por eso resultan tan cínicas y desvergonzadas las palabras de Blatter al proclamar ahora que “la elección de Catar fue un error. Asumo mi responsabilidad”. Más bien debería confesar cuánto recibió todo su círculo para aceptar la injustificable escogencia.

Por si lo anterior fuera poco, salió ganando un régimen autoritario que legitima el maltrato a las mujeres, explota a límites infrahumanos a los obreros y prohíbe la libertad de expresión, entre el amplio abanico de derechos que cercena.

De los 2,6 millones de habitantes, tan solo 310.000 tienen nacionalidad catarí. El resto son, en su inmensa mayoría, emigrantes pobres provenientes de naciones asiáticas como India, Pakistán, Bangladesh o Filipinas, donde el fútbol es un deporte completamente marginal. En las antiguas colonias británicas mandan el hockey sobre hierba y el cricket, mientras que los filipinos prefieren boxeo y baloncesto.

Sin dejar de lado que Catar nunca les concede la nacionalidad, los considera simples jornaleros, casi que esclavos, a los que empresas y familias pueden explotar a su antojo. Les pagan lo que les da la gana, así hayan aprobado recientemente la existencia de un salario mínimo. Y aunque cambiaron hace un par de años la ley que les impedía salir del país si renunciaban a su puesto laboral, son legión los que soportan una suerte de esclavitud por temor a que los deporten.

James debería relatar su experiencia en ese equipito de nada donde ganó una fortuna y solo dio unas cuantas pataditas al balón. Que admita la exigua asistencia de espectadores a los estadios y la casi nula presencia de mujeres. Los varones las mantienen ocultas bajo esas negras vestimentas en cuanto pisan la calle para demostrar que son puras y recatadas.

Y qué decir de las declaraciones de Khalid Salman, embajador del Mundial catarí. “La homosexualidad es haram (prohibido) porque causa daño a la mente”, dijo a la televisión alemana ZDF este mes. “Durante la Copa del Mundo, sucederán muchas cosas aquí en el país y tendrán que aceptar nuestras reglas. La homosexualidad es una desviación mental”, agregó ese sujeto decimonónico.

Desconozco cómo le habrá sentado al fantástico arquero titular alemán y capitán de su selección, Manuel Neuer, jugador del Bayern de Múnich, el primer futbolista activista a favor de la comunidad LGTBI. Veremos qué hace el emir Tamim bin Hamad Al Thani si Alemania llegara a proclamarse campeón y tuviera que entregarle el trofeo.

De momento, ya corre por las redes una advertencia: si una pareja de homosexuales decide viajar, que no se le ocurra besarse en público ni realizar muestra alguna de cariño. Pueden arrestarlos.

En rechazo a la manera en que Catar pisotea libertades y derechos, algunas ciudades han decidido no instalar pantallas gigantes en sus plazas para seguir los partidos. La medida es tan hipócrita como la mía. Repudio la manera en que Catar actúa, lo critico en una columna, pero el día que empiece el Mundial olvidaré a los anfitriones y su incontable listado de abusos. Me centraré en los partidos de mis tres equipos: España, Brasil y Portugal, aunque solo el segundo tiene con qué llegar a la final. A fin de cuentas y a pesar de todo, es un espectáculo que une al planeta.

QOSHE - El Mundial de la vergüenza - Salud Hernández-Mora
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El Mundial de la vergüenza

7 61 34
12.11.2022

Antes de referirme del Mundial y la corrupción que todo devora, un breve comentario de las Sub-17. Craso error que la presión mediática, política y popular obligara a dar plata a las niñas. El deporte a esas edades debe ser amateur, jugar y disfrutar con amigos sin pensar en cuánto vas a ganar.

En lugar de ver como un premio llegar a una final y tener todo un país detrás, animándolas, sintiéndose orgulloso por ellas, decidieron poner precio a la pasión deportiva de las adolescentes: 25 millones.

El deporte se fomenta mejorando instalaciones, dotando a los clubes con material deportivo. Nunca pagando a menores de edad por hacer lo que les gusta.

Es una manera de copiar el estilo Catar, que tanto daño está haciendo al fútbol.

Queda una semana para el Mundial y muchos futboleros seguimos encontrando impresentable que lo organice una derrochona dictadura que solo logró ser anfitrión comprando voluntades a golpe de petrodólar.

Por mucho empeño que ponga, la Fifa ha sido incapaz de exhibir un solo argumento futbolístico convincente que justifique la victoria de Catar sobre otros aspirantes con méritos para albergar el Mundial 2022 y sin necesidad de trastocar los calendarios de los campeonatos locales.

Por eso, el veterano entrenador de Países Bajos, Louis van........

© Revista Semana


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