Estimados compatriotas estamos empezando un año que no sabemos lo que nos traerá. No obstante, podemos sospecharlo si nos siguen mandando aquellos que lo hacen ahora. No los calificamos porque estamos seguros de que a ustedes les sobran palabras para hacerlo, al igual que creemos que muchos coincidiríamos y que no serían del gusto de los interfectos, porque ellos se auto consideran poco menos que la perfección personificada.

En consecuencia, nunca retroceden, siempre avanzan en búsqueda del bien común, entre otros motivos porque hacerlo sería un signo de debilidad, lo que iría en contra de sus cacareados postulados, que se resumen en que siempre se están desviviendo por el pueblo, aunque nosotros seamos unos ingratos y no queramos reconocerlo.

Tengamos en cuenta que yo nunca miento, a veces cambio de opinión, pero siempre en aras del progreso de la nación.

Lo que es más chocante es que nunca retrocedan, frase usada frecuentemente por unidades militares para vanagloriarse ufanamente de su comportamiento en los frentes de batalla. De entrada, no cuadra muy bien con nuestros dirigentes, pues sospechamos, y solo es una opinión particular, que no son muy partidarios de la milicia. Quizás nos equivoquemos, pero hace tiempo se rumoreó que había partidarios de suprimir el Ministerio de Defensa.

Es posible que la explicación resida en que aplican al completo la frase sobre los militares anteriormente citada que nos dice que el militar nunca retrocede, simplemente da media vuelta y avanza. Seguramente el sospechoso poco espíritu castrense de nuestros dirigentes les ha llevado a entender el dicho como les conviene. Nunca retroceder, siempre avanzar, pero ¿hacia dónde?

Simplemente nos basta con analizar un poco lo que pasa en el país. Teóricamente, según los que mangonean, somos poco menos que un ejemplo no solo europeo, sino mundial. Sin embrago las noticias de los medios no oficiales, es decir, los no subvencionados, nos incitan a pensar todo lo contrario. Que avanzamos, sí, pero que antes hemos dado media vuelta, también.

La situación en que nos encontramos, es muy delicada, estamos pendientes de un hilo, y no podemos confiar en que otros “vengan a sacarnos las castañas del fuego”, porque cada vez, y con motivo, confían menos en nosotros.

No puede extrañarnos. En las vascongadas hacen falta más de medio centenar de médicos especialistas para cubrir vacantes de los que se han ido por no conocer el euskera. La brillante solución, importar facultativos extracomunitarios e hispanoamericanos a los que no se les exigirá hablar el idioma de la comunidad Además se valorará más el conocimiento del idioma comunitario que un doctorado o una gran experiencia demostrada. Ciudadanos vascos tranquilos, si enferman o mueren tendrán el consuelo de no haber sido atendidos por un profesional que no conocía su idioma.

Lo que es cierto es que nuestro desgobierno, decimos así para nombrarlo de alguna manera pues está enrocado en sí mismo, si avanza en sentirse ofendido por casi todo. Una actuación de ellos es lógica, razonable y merecida. Cuando es en su contra, es una provocación inadmisible que solo tiene como objetivo ofenderlos y desestabilizar el país. Tenemos la prueba en lo ocurrido por la piñata colocada delante de la sede socialista madrileña. Podríamos decir que han clamado al cielo, pero como no queremos meter a la religión por medio, nos limitaremos a que se han rasgado las vestiduras

Sí ciudadanos, avanzamos, pero previamente hemos dado media vuelta. ¿A dónde nos llevarán tantos giros? Indudablemente a nada bueno.

QOSHE - «Retroceder nunca» - Rafael López Charques
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«Retroceder nunca»

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09.01.2024

Estimados compatriotas estamos empezando un año que no sabemos lo que nos traerá. No obstante, podemos sospecharlo si nos siguen mandando aquellos que lo hacen ahora. No los calificamos porque estamos seguros de que a ustedes les sobran palabras para hacerlo, al igual que creemos que muchos coincidiríamos y que no serían del gusto de los interfectos, porque ellos se auto consideran poco menos que la perfección personificada.

En consecuencia, nunca retroceden, siempre avanzan en búsqueda del bien común, entre otros motivos porque hacerlo sería un signo de debilidad, lo que iría en contra de sus cacareados postulados, que se resumen en que siempre se están desviviendo por el pueblo, aunque nosotros seamos unos ingratos y no queramos reconocerlo.

Tengamos en cuenta que yo nunca miento, a veces cambio de opinión, pero siempre en aras del progreso de la nación.

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