Jaume Miserachs

Van apenas once meses de un partido al otro. Pero es la misma polémica: la ausencia de la tecnología de gol, clave para la resolución del partido y de algo más. El domingo, en el Bernabéu, ese 'algo más' fue solamente la sentencia liguera. Hace once meses, en Cornellà-El Prat, la casi sentencia del Espanyol a Segunda.

Ese 24 de mayo de 2023, Melero López concedía el segundo gol del Atlético ante el Espanyol sin que hubiera de por medio ni una sola imagen que certificara sin lugar a la duda que el balón había traspasado completamente la línea de gol. Con el tiempo, una sentencia judicial confirmó la ausencia de dicha imagen. Aquel partido acabó 3-3 y a la jornada siguiente el Espanyol (mejor sería decir Gil Manzano y su compinche en el VAR) certificó su descenso en Mestalla. Lo del Atleti, ante la ausencia de una imagen indiscutible, fue un 'no gol concedido'.

El domingo, con las mismas palabras ordenadas de forma distinta, se repitió la historia. Lunin sacó el balón impulsado por Lamine Yamal cuando el esférico, según todas las trazas, había superado 100% la línea de meta. Soto Grado, el colegiado, optó por mirar a otro lado, ante la aquiescencia del VAR, y no dio el gol. En este caso fue un 'gol no concedido'. Y el Real Madrid, con un tanto en el tiempo añadido, celebró el triunfo como si ya hubiera ganado (que casi lo hizo) la Liga.

¿Y el 'ojo de halcón'? Ni está ni se le espera. Al parecer, a la mejor Liga del mundo le viene de 2 millones de euros, que es el coste de su introducción para los 380 partidos de Primera. O de 4 'kilos' si incluimos los de Segunda. Más la instalación de las cámaras, eso sí. Debe de ser un precio demasiado elevado, pese al ridículo mundial al que te puede abocar no disponer de esta tecnología. Por cierto, ¿alguno de los que anunciaron su intención de suceder a Rubiales habló de introducirla con urgencia? ¿Algún club les preguntó sus intenciones al respecto? Qué más dará, ¿verdad?