Para bien o para mal, la España de hoy es la que el PSOE ha moldeado. Cuando Sánchez tranquiliza a los suyos asegurándoles que la tormenta de la amnistía pasará, no lo dice a humo de pajas. Él pone los ejemplos del matrimonio homosexual o el de los indultos, pero hay más. Todo empezó con la reforma de 1985, con la que los socialistas sometieron al Poder Judicial. El PP desaprovechó la oportunidad de dos mayorías absolutas para devolverle la independencia perdida. Y ahora, por la desidia de Aznar y Rajoy, el PSOE tiene la ocasión de darle otra vuelta de tuerca a la esclavización que en su día empezó Felipe González.

No obstante, el ejemplo más oprobioso es el de la humillante negociación con ETA emprendida por Zapatero y que tanta oposición en principio generó. Cuando llegó al poder el PP, que encabezó la airada respuesta a la rendición del solemne, Mariano Rajoy asumió como propio su denigrante resultado y hoy, como pueden comprobar los pamploneses, seguimos padeciendo las consecuencias. Y hay más. El mismo Zapatero que cedió ante la ETA, se humilló ante el independentismo catalán respaldando un estatuto groseramente inconstitucional. Ahí empezó la deriva que llevó al desastre de 2017, cuyo máximo responsable no es ningún partido independentista, sino el PSOE.

Por esas dos vías, la negociación con ETA y la reforma estatutaria, se espoleó al independentismo vasco y catalán para ligarlo indisolublemente al PSOE y que éste pudiera redondear las mayorías necesarias para gobernar. Si Zapatero acabó teniendo que abandonar el poder, no fue por negociar con la dignidad y la unidad de España, sino por recortar los ingresos de jubilados y funcionarios. Sánchez trata de no cometer el mismo error y por eso eleva pensiones, sueldos públicos y salario mínimo interprofesional. Son muchos millones de españoles los que reciben el mensaje de que sus rentas estarán mejor garantizadas con el PSOE que con el PP. La mayoría no se deja comprar. Casi todos votan únicamente pensando en España y no en su bolsillo. Pero siempre habrá unos pocos dispuestos a venderse y con los que tener un pequeño plus de votos que permita gobernar a cambio de hacer cada vez más cesiones a los independentistas. Esto es lo que quiere decir Sánchez cuando justifica sus cesiones alegando que a cambio disfrutamos de un gobierno progresista. Y eso es lo que explica por qué la derrota del PSOE en las elecciones del 28 de mayo, donde pensionistas, funcionarios del Estado y empleados con el salario mínimo no se jugaban nada, no se repitió el 23 de julio. La diferencia fue pequeña, pero resultó suficiente.

No se puede evitar que el PSOE compre votos con nuestro dinero a los pocos que quieren venderlos. Pero sí se puede uno alistar en la resistencia pacífica y legal en defensa de nuestra Constitución y comprometerse a no desfallecer como acabó pasando con la negociación con ETA. Y al PP le incumbe la alta responsabilidad de encabezarla, renegando, expresamente si es posible, de lo que en su día hizo Rajoy con el legado deletéreo de Zapatero.

QOSHE - Ya está bien de PSOE - Emilio Campmany
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Ya está bien de PSOE

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15.12.2023

Para bien o para mal, la España de hoy es la que el PSOE ha moldeado. Cuando Sánchez tranquiliza a los suyos asegurándoles que la tormenta de la amnistía pasará, no lo dice a humo de pajas. Él pone los ejemplos del matrimonio homosexual o el de los indultos, pero hay más. Todo empezó con la reforma de 1985, con la que los socialistas sometieron al Poder Judicial. El PP desaprovechó la oportunidad de dos mayorías absolutas para devolverle la independencia perdida. Y ahora, por la desidia de Aznar y Rajoy, el PSOE tiene la ocasión de darle otra vuelta de tuerca a la esclavización que en su día empezó Felipe González.

No obstante, el ejemplo más oprobioso es el de la humillante negociación con ETA emprendida por Zapatero y que tanta oposición........

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