Si querían una prueba de que el Estado de bienestar sueco se resquebraja (aunque aún siga mucho más avanzado que el español), estos días la prensa de Estocolmo informa de que diversas instituciones públicas y privadas están poniendo en cuestión una de las más sacrosantas instituciones de este país nórdico: la pausa para el café en el trabajo.

Hasta ahora, el llamado fika sueco era puesto como ejemplo en PowerPoints de importantes empresas en todo el mundo, especialmente en las anglosajonas, cuyos gurús motivacionales destacaban que lo de hacer una o dos pausas junto a los compañeros (normalmente sobre las 9 h y las 14 h, pero es muy flexible) aumentaba la productividad y la camaradería y reducía el estrés. Ese café (fika ), que suministra gratuitamente la empresa, se acompaña los viernes con pastitas, y figura incluso en algunos contratos, donde se establece una duración de entre 15 y 20 minutos.

Junto a las cuatro semanas de vacaciones, la no existencia de horas extras (las hacen solo un 1% de los suecos) o las prestaciones adicionales de algunas compañías a sus empleados (de gimnasio a clases de yoga pasando por las de esquí), la pausa fika formaba parte esencial del orgullo laboral de ese paraíso que envidiábamos en el sur.

Pero, desde el pasado mes de enero, los recortes han hecho que algunos ayuntamientos e instituciones suecas hayan pasado a cobrar el café a sus empleados, o a descontarles por ese concepto unas docenas de coronas en su sueldo mensual. Leemos que hay incluso regiones que discriminan según la labor o estatus (los funcionarios sí tienen café gratis, los asistentes sociales no, por ejemplo). Las tijeras han llegado a los centros sanitarios, donde se ha retirado la tradicional cesta de frutas y pastas que había al lado de las máquinas de café por considerarlas “no esencial para la producción de cuidados”.

Frente al debate nacional que afrontan los suecos al respecto –acaso una cortina de humo que tapa la gravedad de otros recortes más serios– permítasenos reivindicar la espontaneidad latina: tal vez no peligraría tanto esa pausa del café si no la hubieran regulado ni publicitado tanto.

QOSHE - Atención: peligra la pausa del café - Xavi Ayén
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Atención: peligra la pausa del café

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18.02.2024

Si querían una prueba de que el Estado de bienestar sueco se resquebraja (aunque aún siga mucho más avanzado que el español), estos días la prensa de Estocolmo informa de que diversas instituciones públicas y privadas están poniendo en cuestión una de las más sacrosantas instituciones de este país nórdico: la pausa para el café en el trabajo.

Hasta ahora, el llamado fika sueco era puesto como ejemplo en PowerPoints de importantes empresas en todo el mundo, especialmente en las anglosajonas, cuyos gurús motivacionales........

© La Vanguardia


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