En los chistes españoles los tontos por antonomasia son los leperos. En los chistes franceses son los belgas. En los norteamericanos lo son los polacos. En los italianos, los carabineros. El tópico los ha condenado a ese papel grotesco, pero, como en todas partes, hay de todo, incluso sagaces. Como los que la semana pasada detectaron que en una barbería de Génova había un trasiego de clientes que les pareció extraño. Extraño sobre todo porque muchos de los clientes eran calvos. Hay que aclarar que podría ser que se tratase de calvos que fueran a arreglarse la barba (hoy día la mayoría de calvos lleva barba), pero es que se daba la circunstancia de que muchos de esos calvos no eran barbudos. La prensa italiana detalla que se trataba de “clienti calvi e senza barba, dunque che in apparenza non necessitavano di alcun servizio”.

Hábilmente, los carabineros organizaron un dispositivo de vigilancia que, al cabo de poco tiempo, les permitió comprobar que algunos clientes no calvos iban a arreglarse el pelo, sí, pero que luego se llevaban droga. Otros pasaban de arreglarse el pelo e iban directamente a por la droga. Revisado el interior del negocio, los carabineros comprobaron que había un altillo con cocaína, cuatro básculas de precisión y hachís. Detuvieron al barbero y lo metieron en la cárcel.

Últimamente, proliferan barberías que en la puerta ostentan el letrero debarber shop”. Los barberos que las regentan son quillos con chándal que solo saben cortar el pelo de una manera, que llaman degradado. No les pidas ningún otro estilo. Todos los clientes que salen parecen Gavi o Pedri, o incluso Dani Alves (pero a este hace tiempo que no le vemos el pelo, por un tema). Ojo, que el caso de la barber shop genovesa no nos ofrezca la explicación de por qué ahora se abren tantas, también en Barcelona. Si no, no se entiende.

QOSHE - Más barberos que nunca - Quim Monzó
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Más barberos que nunca

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05.12.2023

En los chistes españoles los tontos por antonomasia son los leperos. En los chistes franceses son los belgas. En los norteamericanos lo son los polacos. En los italianos, los carabineros. El tópico los ha condenado a ese papel grotesco, pero, como en todas partes, hay de todo, incluso sagaces. Como los que la semana pasada detectaron que en una barbería de Génova había un trasiego de clientes que les pareció extraño. Extraño sobre todo porque muchos de los clientes........

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