La Unión Europea ha prohibido sacrificar animales con los rituales halal y kosher, y da así la razón a los que consideran que es improcedente matar con un corte en el cuello a las vacas, las cabras o los corderos, que se desangran durante horas sin un aturdimiento previo.
La sentencia pone sobre la mesa la necesidad de enfrentarse con creatividad a los nuevos tiempos alimentarios. Por ejemplo, las controversias que hay en muchas escuelas que sirven a sus alumnos comidas halal para no molestar a las familias musulmanas se acabarían si más empresas adoptaran iniciativas como la de Entre-Sierras, de la bonita localidad granadina de Huéscar. No es verdad que por cuestiones religiosas los alumnos no puedan compartir un buen plato de jamón, por ejemplo. Entre-Sierras produce un jamón de cordero que se exporta con gran éxito a Francia, donde hace décadas que hay conflictos de este tipo. Hay otras empresas que también se dedican: La Dehesa de Gaia, La Gourmeta, La Mueda...
Lógicamente, por el tamaño más enclenque de los corderos, sus jamones son más pequeños. En la web de Entre-Sierras se lee: “Jamón de cordero. 28,00 €/kg, impuestos incluidos. Producido en exclusiva en nuestra región, proviene del cordero Segureño IGP. Salado y ligeramente adobado, este producto ofrece un sabor verdaderamente inigualable, una nueva forma de disfrutar del cordero. Con una curación natural de aproximadamente 5 meses. Una alternativa perfecta al jamón tradicional, especialmente para la comunidad musulmana”. Lo venden con un soporte jamonero adaptado al tamaño de la piernecita de ese animal.
A ver si, en su próximo cumpleaños, la diputada Ben Mussa aparece en el Parlament con uno bajo el brazo para invitar al resto de los diputados a un pan con tomate y jamón como es debido. E incluso a Sílvia Orriols, aunque solo sea alcaldesa, ella que tan amante es de invitar a la gente a fuet.