Los gobiernos toman decisiones sorpresivas. Cuando se les plantean objeciones, es uso ya consolidado que no proporcionen una contestación congruente, precisa, suficiente…

A una imputación se superpone otra, dirigida a la descalificación de la persona del interlocutor: basura sobre basura. Debates que no lo son, monólogos superpuestos. Parlamentos de utilidad incierta.

Decisiones que afectan a cuestiones no menores olvidando lo que han sostenido unos días antes con la firmeza usual, y asumen un criterio contrario. Ejemplos constantes de desmemoria democrática, paradójicamente realizados por promotores de leyes de memoria.

A medida que las decisiones se alejan de lo sostenido en los programas electorales, construyen discursos de acompañamiento cada vez más delirantes para dar apariencia de motivación a decisiones incompatibles con las propuestas comprometidas con los electores.

Cada semana nuevas piezas de esta antología del delirio. La última, para desarrollar la tesis del argumentario "la ley de amnistía cuenta con el respaldo mayoritario de la sociedad española". Aquí comienza la cadena de piruetas del ministro Bolaños: como el pueblo español no ha sido preguntado (ni siquiera de manera indiciaria a través de encuestas institucionales) cambia "pueblo español" por "mayoría parlamentaria". Como esta afirmación tiene soporte en el Congreso, pero que no en el Senado, acomete una segunda acrobacia, digna del Circo del Sol: en declaraciones en ‘Onda Cero’ manifiesta que los senadores son elegidos por los territorios, lo cual parece suponer una representatividad de peor condición y en modo alguno comparable con la transferida al Congreso. La representación que vale del demos, de los ciudadanos electores, sólo la tienen los congresistas.

Creo sinceramente que el Gobierno no tiene un plan de demolición de la estructura institucional del Estado (no seré tan rotundo si me refiero a sus socios y apoyos parlamentarios), pero sus acciones van minando una tras otra bases de nuestro sistema. Ahora le ha tocado al Senado. Si ya tiene difícil encaje y justificación un bicameralismo en que no hay miembros natos (como los Lores ingleses), si ya resulta poco visible el efecto de su intervención… vienen ahora a darle la puntilla degradando la calidad de su representatividad, que no sería de los ciudadanos sino de entes borrosos llamados "territorios" cuya existencia y derecho de sufragio activo yo no conocía. Parece que hay una edición completa de la Constitución de 1978 con unas páginas encriptadas que sólo los iniciados tienen herramientas para leer. En ellas deben estar los artículos que contienen la previsión de amnistía y su atribución al Congreso y también los que reconocen a "territorios" como sujetos de derecho de sufragio activo.

La cadena democrática que une a los ciudadanos con las decisiones de gobierno está dañada. La transferencia de soberanía que se realiza mediante las votaciones es condicionada: se votan y comprometen programas. El ciudadano ya experto en las mecánicas del mandato representativo asume que el programa sufrirá pérdidas y modificaciones, pero dentro de límites ahora desbordados constantemente. Sin embargo, los que están en el extremo final de la cadena de representatividad hacen alarde de esta desconexión, de esta incoherencia. "Es política" dicen, con un énfasis característico que exagera la oclusiva inicial y alarga de vocal tónica.. ¿Política? A mí me parece arbitrariedad. Los clásicos dirían tiranía.

Jesús Morales Arrizabalaga es profesor de la Universidad de Zaragoza

QOSHE - Bicameralismo asimétrico - Jesús Morales Arrizabalaga
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Bicameralismo asimétrico

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15.03.2024

Los gobiernos toman decisiones sorpresivas. Cuando se les plantean objeciones, es uso ya consolidado que no proporcionen una contestación congruente, precisa, suficiente…

A una imputación se superpone otra, dirigida a la descalificación de la persona del interlocutor: basura sobre basura. Debates que no lo son, monólogos superpuestos. Parlamentos de utilidad incierta.

Decisiones que afectan a cuestiones no menores olvidando lo que han sostenido unos días antes con la firmeza usual, y asumen un criterio contrario. Ejemplos constantes de desmemoria democrática, paradójicamente realizados por promotores de leyes de memoria.

A medida que las decisiones se alejan de lo sostenido en los programas electorales, construyen discursos de acompañamiento cada vez más delirantes para dar apariencia de motivación a decisiones incompatibles con las propuestas comprometidas con los........

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