España no está en su mejor momento industrial, eso lo sabemos todos, y más desde que la política automovilística europea ha sido invadida por los verdes. Los mismos que acabaron con la energía atómica en Alemania y están detrás de los cierres de las centrales nucleares en España. Según Nemesio Fernández-Costa, es preciso «abaratar la electricidad para promover su demanda», lo cual requerirá también que desaparezcan los impuestos que engordan la tarifa eléctrica. Los pagos a las renovables construidas con la garantía de un retorno a su inversión, los costes de la insularidad o los pagos correspondientes al antiguo déficit de tarifa deberán ser absorbidos por los presupuestos. No es una decisión políticamente fácil, pero la aplicación del sistema europeo de derechos de emisión a otros sectores de actividad, como el transporte o la calefacción de edificios, permite entrever a medio plazo fuentes alternativas de financiación.

Fernández-Cuesta se queja, como todos los expertos, de lo sucedido en España con la gestión de los fondos europeos. Al parecer, fue un error la metodología y la organización de un reparto que ha sido un desastre en su ejecución. Queda la posibilidad de transformar el sistema y aprovechar los 84.000 millones de euros de préstamos a los que se podrá acceder en condiciones beneficiosas. Estos préstamos deberían canalizarse hacia empresas industriales. En España se puede disponer de una oferta de electricidad en buenas condiciones económicas y es imprescindible acelerar la demanda industrial. Cuanto antes se cierre esa ecuación, antes se hará patente nuestra ventaja competitiva.

El citado analista pone especial énfasis en los cambios que se van a producir en los sistemas energéticos, que permitirán recolocar la producción industrial: Los alemanes pondrán en juego su holgura presupuestaria, los franceses su energía nuclear, los italianos y otros países ayudas destinadas a acelerar la electrificación. Nosotros podríamos disponer de una electricidad más barata. Partimos con esa ventaja. Se trata de no estropearlo, pero el pronóstico no es bueno. Una política económica centrada en el incremento del gasto público, el apriorismo ideológico y en una profunda desconfianza hacia el estamento empresarial —y cuanto más grandes, peor— es justo lo contrario de lo que necesitamos.

Seamos, por ahora, optimistas y reconstruyamos una industria potente a través de los avances energéticos. Así recuperaremos un sector industrial competitivo.

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QOSHE - Primero la energía - Joaquín Leguina
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Primero la energía

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07.01.2024

España no está en su mejor momento industrial, eso lo sabemos todos, y más desde que la política automovilística europea ha sido invadida por los verdes. Los mismos que acabaron con la energía atómica en Alemania y están detrás de los cierres de las centrales nucleares en España. Según Nemesio Fernández-Costa, es preciso «abaratar la electricidad para promover su demanda», lo cual requerirá también que desaparezcan los impuestos que engordan la tarifa eléctrica. Los pagos a las renovables construidas con la garantía de un retorno a su inversión, los costes de la insularidad o los pagos correspondientes al antiguo déficit de........

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