E n su origen griego pueblo significaba el conjunto de hombres en edad de combatir, es decir, de guerreros. En esa misma dirección, también significaba horda, es decir que, pueblo, es un término viril y violento. Asimismo, el demos ateniense estaba formado por los hombres libres en edad de combatir y de ese demos eran excluidos los esclavos y las mujeres, que no pertenecían al pueblo y conformaban en todo caso la propiedad del señor de la casa. Así que menos llamadas al pasado griego como si aquello hubiera sido el paraíso terrenal. Bastaría con comprobar la poca Física que sabía Aristóteles para darnos cuenta de que hoy estamos mejor que aquellos griegos, cuya esperanza de vida no era ni la cuarta parte de la española hoy.

Queda claro que la idea de pueblo está ligada a la virilidad, por eso, como ha escrito Jesús Ferrero, "los racistas absolutos -Sabino Arana, Adolf Hitler- insisten en sus obras en la virilidad de sus pueblos, dejando la feminidad para los enemigos, a los que despojan de hombría, de temple y de poderío, indicando que para ellos la feminidad es algo despreciable".

Es una evidencia imposible de negar que -en palabras de Ferrero- "todo pueblo tiende a degradar a los demás pueblos, tiende a despojarlos de humanidad. Este fenómeno puede percibirse todavía en una tribu del Pacífico que considera que sus miembros son los únicos hombres de la Tierra, y que los demás no son hombres verdaderos. La tendencia a atribuirse el monopolio de la humanidad era algo bastante frecuente en los pueblos estudiados por la antropología del siglo XIX".

La pregunta fundamental que Ferrero plantea es la siguiente:

Resulta difícil de contestar esta pregunta pues –ya se ha dicho- el término pueblo es excluyente y, por lo tanto, antidemocrático, y en el fondo racista.

Aunque el concepto pueblo es un cajón de sastre, todo lo que allí está insiste en una misma estrategia: marcar una diferencia que tiende a ser también una diferencia de niveles, de superior a inferior. Y sólo en la propia tribu se ubica la excelencia.

Desde luego, el pueblo como concepto identitario es un peligro. Ya lo escribió en su día Nietzsche: "Entre particulares la locura no es frecuente, entre grupos, partidos y pueblos, es la norma". Si miramos hacia atrás, las enajenaciones colectivas pesan mucho más que las de carácter personal.

Durante muchos años, que llegan a la mitad del siglo XX, la raza sustituyó con ventaja a pueblo, y se hizo viral cuando la raza aria se declaró por sí y ante sí superior a las demás razas. Lo cual trajo consigo la mayor tragedia bélica europea. Pero, sin salir de España, las razas superiores (vasca y catalana) trajeron consigo lo que ahora soportamos de la mano de los nacionalismos periféricos, aunque la muerte del nazismo alemán les haya obligado a abandonar el discurso racista, pero no el supremacismo antiespañol, que ahora centran en una lengua propia (y superior) que imponen a los estudiantes en las escuelas. ¿Por qué? Porque el euskera y el catalán son lenguas que identifican a esas razas superiores.

QOSHE - Pueblo y populismo - Joaquín Leguina
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Pueblo y populismo

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09.01.2024

E n su origen griego pueblo significaba el conjunto de hombres en edad de combatir, es decir, de guerreros. En esa misma dirección, también significaba horda, es decir que, pueblo, es un término viril y violento. Asimismo, el demos ateniense estaba formado por los hombres libres en edad de combatir y de ese demos eran excluidos los esclavos y las mujeres, que no pertenecían al pueblo y conformaban en todo caso la propiedad del señor de la casa. Así que menos llamadas al pasado griego como si aquello hubiera sido el paraíso terrenal. Bastaría con comprobar la poca Física que sabía Aristóteles para darnos cuenta de que hoy estamos mejor que aquellos griegos, cuya esperanza de vida no era ni la cuarta parte de la española hoy.

Queda claro que la idea de........

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