En menos de una semana, el presidente Petro consiguió dos acercamientos clave en el marco del ‘gran acuerdo nacional’ del que tantas veces ha hablado, pero cuyos parámetros nadie ha definido. Los encuentros de Petro con algunos de los más influyentes empresarios y con voceros de la oposición liderados por el expresidente Uribe mandan un mismo mensaje: que el gobierno no tiene por qué seguir encerrado en la torre de cristal del dogma.

Luego de las dos imágenes que sorprendieron al país entero, es necesario un cambio en el tono con el que el Presidente se refiere a los empresarios en sus discursos cotidianos. Y al mismo tiempo, los empresarios y líderes de la oposición, que tantas veces han sido atacados desde los discursos del Presidente, deben mostrarle al país que es definitiva su apuesta por conversar con el gobierno en defensa del desarrollo y la economía nacional. Su tarea es ahora demostrarle al gobierno que la faceta conciliadora de Petro -a pesar de ser la más inusual de encontrar- es la que le conviene al futuro del país, y que existe una disposición para colaborar con el gobierno. La oposición y los empresarios deben seguir mostrándole al presidente que un gobierno desde las trincheras del radicalismo no beneficia a nadie.

La disposición al diálogo mostrada por ambas partes es un gran primer paso que debe acompañarse de prudencia, comunicación y nuevos gestos de acercamiento. Es muy poco lo que puede construirse a partir de un solo encuentro, más allá del mutuo reconocimiento y la cordialidad del momento, y por eso urgen nuevos espacios de conversación con garantías. Para eso será urgente un desescalamiento en el discurso del gobierno frente a los empresarios y la oposición, porque no habrá diálogo ni espacio de encuentros que soporte la furia de los trinos del presidente.

El éxito de cualquier acuerdo intersectorial depende ahora de que se mantengan el tono conciliador y los espacios de comunicación distintos a los canales públicos. La imagen del encuentro entre el Presidente y los empresarios manda un mensaje de esperanza y de que es posible construir país superando las diferencias. Sobre todo, recuerda que para el desarrollo de la economía y las oportunidades de los colombianos es definitivo un sector empresarial con opciones reales de seguir creciendo y garantías de los gobiernos de turno. El absurdo discurso contra las empresas solo acabará empobreciendo a las regiones y reduciendo significativamente las oportunidades para la ciudadanía.

Al mismo tiempo, el encuentro con el expresidente Uribe recuerda que no solo es posible, sino también un deber en una democracia, que los líderes que más han polarizado y dividido a una sociedad sostengan espacios de conversación. Y que aun si no llegan a acuerdos, los dirigentes enfrentados en la arena democrática deben convocar reuniones y conversaciones que le demuestren a la ciudadanía que el diálogo respetuoso con quienes creen en otras tesis políticas siempre es mejor que el camino del odio y del cierre. No tiene ningún sentido ni valor democrático que los principales dirigentes de un país, en torno a los cuales gira el debate cotidiano, no se encuentren hace años ni estén dispuestos a debatir sus ideas mientras el país entero se enfrenta en nombre de ellos.

Por cierto: resulta increíble que mientras Uribe se ha encontrado en varias oportunidades con el presidente Petro en meses recientes, durante 8 años nunca hubiera aceptado la invitación a tomarse un café con el expresidente Santos. Fue una decisión que dividió inmensamente al país (y de manera muy innecesaria) por cuenta de un odio personal. Qué bien le hubiera caído a Colombia un café como ese en tiempos del plebiscito.

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De la foto al acuerdo

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27.11.2023

En menos de una semana, el presidente Petro consiguió dos acercamientos clave en el marco del ‘gran acuerdo nacional’ del que tantas veces ha hablado, pero cuyos parámetros nadie ha definido. Los encuentros de Petro con algunos de los más influyentes empresarios y con voceros de la oposición liderados por el expresidente Uribe mandan un mismo mensaje: que el gobierno no tiene por qué seguir encerrado en la torre de cristal del dogma.

Luego de las dos imágenes que sorprendieron al país entero, es necesario un cambio en el tono con el que el Presidente se refiere a los empresarios en sus discursos cotidianos. Y al mismo tiempo, los empresarios y líderes de la oposición, que tantas veces han sido atacados desde los discursos del Presidente, deben mostrarle al país que es definitiva su apuesta por conversar con el gobierno en defensa del desarrollo y la economía nacional. Su tarea es ahora demostrarle al gobierno que la faceta........

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