Cruzar las fronteras constituye toda una aventura. Bien sea por tierra, mar o aire, se requiere valentía para sortear los obstáculos naturales y artificiales de un recorrido hacia nuevos o viejos destinos. Viajar es uno de los mejores placeres de la vida. Elegir el destino es un signo de libertad. Una evidencia de poder adquisitivo y muchas veces, es la prueba de no tener más opción.

Se viaja porque toca, si la despedida tiene garantizada la inexistencia de una fecha exacta de retorno, por escapar o buscando un lugar para ser feliz, dejando atrás muchas actividades, relaciones, experiencias, bienes o afectos. Lo temporal puede ser permanente. El espacio y el tiempo adquieren una dimensión superior a la incertidumbre: Es el sueño de la expectativa. El deseo es la clave que abre las puertas de la voluntad.

Según la Organización Mundial de Turismo OMT se calcularon más de 1300 millones de entradas internacionales en 2023 y se espera que en 2024 se retomen los números de vuelos habituales antes de la pandemia. ¿Tienes listo el pasaporte? ¿Algún viaje a la vista? Que no te afecten los retrasos, ni la tramitología característica del caos en muchos países.

El pasaporte es mucho más que un documento de viaje. Permite la identificación de los ciudadanos en el exterior y es el sello distintivo de la ciudadanía. Cada vez que se cruzan las fronteras quien le exhibe muestra con orgullo, temor o satisfacción, ese cuadernito en el que se registra el historial de sus viajes, permanencias y visados.

Es un convencionalismo aceptado universalmente, aunque algunas naciones ya iniciaron el proceso para admitir el ingreso de naturales de diferentes países utilizando otros documentos válidos para probar su origen o nacionalidad. ¿Recuerdas la primera vez que obtuviste el pasaporte? ¿Alguna vez se te perdió en el exterior o en tu propio país? Casi nadie olvida el primer sello de entrada y de salida, aunque el trato o el recuerdo del viaje no necesariamente sean lo más grato.

El destino es el resultado de la planificación, las oportunidades, la elección personal o colectiva y el llamado de esa voz interior que todas las cosmovisiones definen cómo propósito, sentido, vocación o conexión con lo trascendente: Decide tu camino.

La traición es un tono inquisidor propio del olvido al criterio orientador de la lealtad. Constituye el paradigma grotesco de la ingratitud y la insubordinación, al tiempo que deja en evidencia la incapacidad de quien acusa o demanda de sus dirigidos obediencia a sus instrucciones: Cuando viajes serás el mejor rostro de tu país.
Toma el control del pasaporte al destino.

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Pasaporte al destino | Columna de Julio César Henríquez

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02.03.2024

Cruzar las fronteras constituye toda una aventura. Bien sea por tierra, mar o aire, se requiere valentía para sortear los obstáculos naturales y artificiales de un recorrido hacia nuevos o viejos destinos. Viajar es uno de los mejores placeres de la vida. Elegir el destino es un signo de libertad. Una evidencia de poder adquisitivo y muchas veces, es la prueba de no tener más opción.

Se viaja porque toca, si la despedida tiene garantizada la inexistencia de una fecha exacta de retorno, por escapar o buscando un lugar para ser feliz, dejando atrás muchas actividades, relaciones, experiencias, bienes o afectos. Lo temporal puede ser permanente. El espacio........

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