La nueva hermandad de Gustavo Petro con jeques árabes, arquetipos globales de la oligarquía y las desigualdad, es tan misteriosa como patriarcal.

Un punto clave de la agenda colombiana en la Conferencia de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP 28) que tuvo lugar este mes en Dubai era insistir en la urgencia de que los países ricos dependan menos de los combustibles fósiles.

La agenda paralela, que no oculta, del primer mandatario era seguir acusando a Israel y a sus aliados por el “genocidio” del pueblo palestino. Para eso machacó que los movimientos migratorios de los oprimidos del sur hacia el privilegiado mundo desarrollado son resultado del cambio climático. Y que la guerra actual en Gaza es la antesala de lo que el bárbaro poder militar occidental “desencadenará sobre todos los pueblos del sur cuando por la crisis climática quedemos sin agua”.

Como buen demagogo, Petro recurrió al fantasma del nazismo. Sobre la emigración por falta de agua advirtió que “Hitler está golpeando los hogares de la clase media europea y norteamericana”. También recordó que políticos y fanáticos de derecha acaban aliándose: “la proyección de la crisis climática y el actual genocidio al pueblo palestino, ¿están desconectados? Lo que vemos en Gaza es el ensayo del futuro”.

A pesar de que la preocupación por el impacto del calentamiento global sobre los marginados del sur sugeriría dialogar con representantes de los países responsables de causarlo, según el registro tuitero de la visita a Dubai, la prioridad del mandatario colombiano fue establecer contacto con los jeques árabes, principales productores de los combustibles cuyo consumo debería disminuir.

Se reunió con el Jeque Mohamed bin Zayed Al Nahyan, jefe de Estado de Emiratos Árabes Unidos y también con el Emir de Qatar, Jeque Tamim Bin Hamad Al Thani, con quien discutió la posibilidad de un tratado de libre comercio. El líder histórico que ocasionalmente promueve, ¿o promovía?, el decrecimiento busca “un gran frente de inversiones árabes en Colombia” que no se limite a la desprestigiada y dañina esfera económica. Espera “una fuerte alianza entre Colombia y el mundo árabe. Para ellos soy su hermano. Hermanos somos en la historia”.

Sorprende que alguien tan inclinado a platicar sólo con quienes comparten su ideología, acoja esa súbita fraternidad con soberanos en las antípodas de un mandato presidencial autoproclamado formalmente feminista y anti patriarcal. En su Programa de Gobierno, Gustavo Petro le prometió a las mujeres “saldar la deuda de representación política, igualdad y autonomía económica frente al hombre” y anunció que ellas ocuparían por lo menos la mitad de “todos los cargos públicos en todos los niveles y las ramas del poder”.

En 2021, Human Rights Watch (HRW) publicó un informe sobre la situación de la mujer en Qatar. Allí se analizan no sólo costumbres opresivas y misóginas sino leyes que legitiman una supuesta superioridad masculina. HWR anota que “las mujeres en Qatar deben obtener permiso de sus tutores masculinos para casarse, estudiar en el extranjero con becas gubernamentales, trabajar en muchos puestos gubernamentales, viajar al exterior hasta determinadas edades y recibir algunas formas de atención de salud reproductiva”.

En el Mundial de Fútbol 2022 en Qatar, con dudas por pagos por debajo de la mesa para obtener la sede, la concentración de observadores y periodistas foráneos incrementó las críticas a las limitaciones de los derechos de las mujeres -que debían respetar las leyes religiosas impuestas y ceñirse al pudor de la indumentaria para asistir a los estadios- y de la población LGBT, que debía evitar comportamientos reveladores de homosexualidad. También se destacó el maltrato, a veces letal, a los muchos trabajadores inmigrantes: varios miles de ellos habrían muerto de calor en la construcción de los estadios. Gianni Infantino, presidente de la FIFA, salió a defender a las autoridades locales, a señalar que “es hipócrita que Occidente dé lecciones de moralidad” y a denunciar una campaña de desprestigio inusual en este tipo de eventos.

Para los Emiratos Árabes Unidos el mismo HRW publica otro informe. Señala que, sin desconocer algunos avances en la situación de la mujer, persiste una gran discriminación legal. “Las leyes todavía otorgan a los hombres la autoridad de tutor sobre las mujeres y algunas lagunas jurídicas permiten sentencias reducidas para los hombres que matan a una familiar”.

Hay evidencia de la capacidad de los petristas para declararse anti patriarcales y feministas pero, simultáneamente, mostrar actitudes y comportamientos profundamente irrespetuosos de los derechos femeninos (Ver “Machismo Petrista” en Razón Pública). Sin embargo, es inevitable preguntarse qué busca Petro llamando tanto la atención sobre su nueva hermandad con jeques árabes en franca contradicción con dos de sus principales banderas: el cambio climático y la igualdad de género. La respuesta podría estar por el lado de su última y explícita obsesión: promover el apoyo al “pueblo palestino”, eso sí, sin criticar a Hamás.

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QOSHE - Una fraternidad bien machista - Mauricio Rubio
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Una fraternidad bien machista

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14.12.2023

La nueva hermandad de Gustavo Petro con jeques árabes, arquetipos globales de la oligarquía y las desigualdad, es tan misteriosa como patriarcal.

Un punto clave de la agenda colombiana en la Conferencia de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP 28) que tuvo lugar este mes en Dubai era insistir en la urgencia de que los países ricos dependan menos de los combustibles fósiles.

La agenda paralela, que no oculta, del primer mandatario era seguir acusando a Israel y a sus aliados por el “genocidio” del pueblo palestino. Para eso machacó que los movimientos migratorios de los oprimidos del sur hacia el privilegiado mundo desarrollado son resultado del cambio climático. Y que la guerra actual en Gaza es la antesala de lo que el bárbaro poder militar occidental “desencadenará sobre todos los pueblos del sur cuando por la crisis climática quedemos sin agua”.

Como buen demagogo, Petro recurrió al fantasma del nazismo. Sobre la emigración por falta de agua advirtió que “Hitler está golpeando los hogares de la clase media europea y norteamericana”. También recordó que políticos y fanáticos de derecha acaban aliándose: “la proyección de la crisis climática y el actual genocidio al pueblo palestino, ¿están desconectados? Lo que vemos en Gaza es el ensayo del........

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