Las cosas que se hacen mal no pueden terminar bien. Y en este momento desafortunado, esto explica la tragedia de dos pueblos.

Con solo 13 millones de personas, el pueblo judío es excepcional porque ha logrado mantener su identidad por más de dos milenios. El pueblo de la Biblia es también excepcional por su alto nivel educativo, la riqueza y la influencia que ejercenn en muchos países y, además, por haber sido expulsados, perseguidos y masacrados a lo largo de los siglos. El Holocausto fue la peor de sus tragedias, cuando los nazis dieron muerte a cerca de seis millones de judíos inocentes e indefensos.

El Holocausto convenció a los ganadores de la II Guerra Mundial de la necesidad de crear un Estado judío. Ese Estado, en justicia, se ha debido crear en Alemania, pero las consecuencias geopolíticas hubieran sido catastróficas, y nadie mencionó siquiera esa posibilidad. Se contemplaron entonces opciones como Uganda o Argentina, pero por viejas raíces históricas y decisión del movimiento sionista, la ONU aprobó la creación del Estado de Israel en 1948.

El Estado de la ONU era un pequeño, disperso y vulnerable territorio que el día mismo de declarar su independencia fue atacado por los ejércitos ineptos de cinco países árabes. Tras un año de guerra, Israel se había anexado un 23 % más de territorio, expulsando a casi un millón de palestinos y destruyendo unas 500 poblaciones.

“Una tierra sin pueblo para un pueblo sin tierra” fue la consigna que legitimó la decisión de la ONU. Pero esto no era verdad: más del 80 % de los residentes en esa tierra eran palestinos. Y todas las cosas que han sucedido en los 75 años subsiguientes son consecuencias a veces horrorosas, pero todas previsibles de aquella falsedad. Tanto los israelíes como los palestinos tenían que dividirse entre una línea dura y una línea blanda, entre los esperanzados en la negociación y los que no ven más salida que la fuerza. Por eso han sido 75 años de bandazos permanentes, de atentados terroristas y levantamientos palestinos seguidos por brutales represalias israelíes, de ocupación continuada de tierras por parte de los judíos y condenas simbólicas de la ONU, de intentos de conciliación mediados por Estados Unidos -el gran aliado de Israel- e incumplimiento de los precarios acuerdos que se han logrado.

El conflicto es un asunto de supervivencia para los israelíes que fundaron su Estado y para el pueblo palestino que ocupaba el territorio. Por eso este conflicto es insoluble, o tan solo se puede resolver con la completa derrota o la completa resignación de una de las partes.

Los derrotados, por supuesto, son y serán los palestinos, porque los israelitas pasaron de ser el David al Goliat, de ser el pueblo perseguido y excluido, a ser una potencia militar de primer orden. Por eso la tragedia que estamos presenciando: Hamás asesinó a 1.249 judíos inocentes e Israel ha asesinado hasta el momento cerca de 20.000 palestinos inocentes.

Declaraciones hipócritas de los grandes países, mezquinos cálculos geopolíticos… y la historia que seguirá su marcha hasta que en Palestina ya no queden palestinos o los que queden se resignen a vivir bajo un Estado-policía. Israel ganó la batalla, pero el pueblo judío perdió la superioridad moral. Por eso el Estado de Israel fue un regalo envenenado.

* Director de la revista digital “Razón Pública”.

QOSHE - El regalo envenenado - Hernando Gómez Buendía
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El regalo envenenado

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17.12.2023

Las cosas que se hacen mal no pueden terminar bien. Y en este momento desafortunado, esto explica la tragedia de dos pueblos.

Con solo 13 millones de personas, el pueblo judío es excepcional porque ha logrado mantener su identidad por más de dos milenios. El pueblo de la Biblia es también excepcional por su alto nivel educativo, la riqueza y la influencia que ejercenn en muchos países y, además, por haber sido expulsados, perseguidos y masacrados a lo largo de los siglos. El Holocausto fue la peor de sus tragedias, cuando los nazis dieron muerte a cerca de seis millones de judíos inocentes e indefensos.

El Holocausto convenció a los ganadores de la II Guerra Mundial de la necesidad de crear un Estado judío. Ese Estado, en justicia, se ha debido crear en Alemania, pero las consecuencias geopolíticas hubieran sido catastróficas, y nadie........

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