El país no tiene modelo para enfrentar la caída del ahorro que viene de atrás. Está abocado a una fuerte contracción de la inversión y reducción del déficit en cuenta corriente (reducción de las importaciones y las exportaciones, pero en mayor proporción en las primeras). La igualdad macroeconómica se quiebra. La oferta agregada evoluciona por debajo de la demanda agregada y el ahorro declina (la suma del déficit fiscal y en cuenta corriente supera el 10 % del PIB). La información reciente muestra que la economía se desordena a todos los niveles. La producción y el ahorro se contraen y se refuerzan.

No hay más opción que bajar la tasa de interés real y generar un exceso de demanda de crédito con respecto a la oferta. El crecimiento del producto determinado por el ahorro y el empleo avanza muy por debajo de la estimación basada en la demanda (inversión y déficit en cuenta corriente).

La verdad es que dentro de este marco no cabe el gasto generado por las reformas sociales, en particular la de la salud, y en menor grado la de pensiones y la educación.

Los hechos se han encargado de confirmar que el programa de reforma presupuestal de Petro en la campaña presidencial no es compatible con el modelo que sube la tasa de interés y revalúa el tipo de cambio. La reforma constitucional propuesta se sale de cauce. No es otra cosa que la ampliación del fuero presidencial para aumentar el gasto público e incumplir la regla fiscal, lo cual ocasionaría una reducción en el ahorro que no es sostenible. En efecto, conduciría a un estado de suma del déficit fiscal y en cuenta corriente de más del 10 % del PIB.

La falla no está en la Constitución que le establece restricciones al presidente para que no se desborde en el gasto público. Limita la función presidencial en el gasto público exigiendo que las decisiones de gasto sean colegiadas. El presupuesto de gasto general y de inversión pública se apartan del fuero presidencial y se refuerzan con la regla fiscal. En términos simples, la Constitución le establece un límite al fuero presidencial.

El error de Petro y del ministro de Hacienda reside en cambiar un mandato constitucional que en el caso colombiano evita muchos de los desaciertos de América Latina provenientes del fuero excesivo al presidente en el gasto público.

En síntesis, se pretende cambiar el régimen constitucional para ampliar el gasto público y reducir el ahorro, lo cual no es viable desde el punto de vista económico. De hecho, conduciría a un estado de suma de déficit fiscal y en cuenta corriente mayor del 10 % del PIB, que es insostenible tanto a la luz de la información nacional como internacional. En el fondo, la propuesta de la reforma constitucional no es otra cosa que la ampliación del fuero presidencial para incrementar el gasto público e incumplir la regla fiscal. En la práctica es un artificio para aumentar el gasto público y reducir el ahorro.

Sin duda, se ha fallado en el método científico. La solución del estado de la economía se pretende con una reforma constitucional que reduce el ahorro y descuadra la economía a todos los niveles. No se advierte que las reformas económicas que reducen el ahorro son ineficientes, porque en el corto plazo contraen la producción y suben la inflación, y en el mediano plazo deterioran la distribución del ingreso.

En fin, la reforma constitucional es un artificio para ampliar el fuero presidencial mediante el alza de la tasa de interés, la revaluación de la moneda y la reducción del ahorro, lo que inevitablemente conduce al colapso. Como lo he señalado repetidamente, lo que se requiere es un modelo económico que baje la tasa de interés, devalúe la moneda y así amplíe el ahorro.

QOSHE - Reforma constitucional - Eduardo Sarmiento
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Reforma constitucional

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31.03.2024

El país no tiene modelo para enfrentar la caída del ahorro que viene de atrás. Está abocado a una fuerte contracción de la inversión y reducción del déficit en cuenta corriente (reducción de las importaciones y las exportaciones, pero en mayor proporción en las primeras). La igualdad macroeconómica se quiebra. La oferta agregada evoluciona por debajo de la demanda agregada y el ahorro declina (la suma del déficit fiscal y en cuenta corriente supera el 10 % del PIB). La información reciente muestra que la economía se desordena a todos los niveles. La producción y el ahorro se contraen y se refuerzan.

No hay más opción que bajar la tasa de interés real y generar un exceso de demanda de crédito con respecto a la oferta. El crecimiento del producto determinado por el ahorro y el empleo avanza muy por debajo de la estimación basada en la demanda (inversión y déficit en cuenta corriente).

La verdad es que........

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