El Gobierno está montado en una economía de demanda. El crecimiento y el progreso se buscan con modelos que bajan el ahorro. Se replica el error viejo de América Latina que busca el crecimiento a cambio de la distribución del ingreso, y no consigue ninguno de los dos. En contraste, los países asiáticos alcanzan los dos propósitos porque elevan el ahorro.

Se tiene una economía demanda. El ahorro disminuye y, en consecuencia, se contrae la inversión, bajan las importaciones y también las exportaciones, y se deteriora la balanza de pagos. Todo ello contrae la producción y esta reduce la tasa de ahorro, y ambas se refuerzan. No hay más opción que un modelo que baje la tasa de interés real y devalúe la moneda en forma directa. Ya sea por la intervención en el mercado cambiario o por la intervención en el mercado monetario que aumente la demanda de dinero con respecto a la oferta, y de esta manera eleve la tasa de ahorro. Para tal efecto, se necesitan tasas de interés reales negativas que ajusten la tasa de interés nominal por debajo de la inflación.

La economía pasó en 2014 a un estado de economía de oferta. El ahorro es menor que la inversión. La oferta es menor que la demanda. Las políticas keynesianas concebidas para economías de demanda son inadecuadas para enfrentar las economías de oferta. Más aún, agravan el estado desequilibrio. Lo cierto es que la economía opera en un mundo de oferta con soluciones que la agravan. La deficiencia de ahorro se subsana con medidas y modelos que la acentúa. Así, el cambio estructural de la economía hacia un estado de oferta se enfrenta con modelos de equilibrio de demanda, cómo subir las tasas de interés y revaluar la moneda. Se configura un modelo de equilibrio que empeora las deficiencias del sistema. La caída del ahorro ocasionada por las deficiencias estructurales del modelo se verá agravada por un modelo que debería remediarlas.

El deterioro del ahorro que viene de atrás se acentúa con el modelo económico que eleva la tasa de interés, revalúa el tipo de cambio y baja la tasa de ahorro. No hay más opción que un modelo económico que aumente la demanda de dinero con respecto a la oferta, qué implica tasas de interés negativas.

En otras palabras, hay que aumentar la tasa de ahorro ampliando la demanda de dinero por encima de la oferta, estableciendo tasas de interés positivas para las operaciones activas, y negativas para las pasivas. Así las cosas, no hay más solución que ajustar la tasa de interés por debajo de la inflación y devaluar la moneda aumentando la oferta de crédito por debajo de la demanda (exceso de demanda de dinero sobre la oferta de dinero).

La verdad es que el Gobierno pretendió la conciliación con la reducción de la tasa de ahorro en que todos pierden. Lo que se requiere es una conciliación que aumente la tasa de ahorro, y la mayoría gane. En la práctica se consigue con el modelo que baja la tasa de interés, devalúe la moneda y eleve la tasa de ahorro.

El error estuvo en que la conciliación se buscó con un modelo de mercado que reduce la tasa de ahorro, y pocos ganan. Lo que se requiere es un modelo que eleve la tasa de ahorro, y la mayoría gane, y en la práctica se consigue con un modelo que baje la tasa de interés y devalúe la moneda mediante la intervención directa en el mercado cambiario o monetario.

QOSHE - La recuperación del ahorro - Eduardo Sarmiento
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La recuperación del ahorro

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10.03.2024

El Gobierno está montado en una economía de demanda. El crecimiento y el progreso se buscan con modelos que bajan el ahorro. Se replica el error viejo de América Latina que busca el crecimiento a cambio de la distribución del ingreso, y no consigue ninguno de los dos. En contraste, los países asiáticos alcanzan los dos propósitos porque elevan el ahorro.

Se tiene una economía demanda. El ahorro disminuye y, en consecuencia, se contrae la inversión, bajan las importaciones y también las exportaciones, y se deteriora la balanza de pagos. Todo ello contrae la producción y esta reduce la tasa de ahorro, y ambas se refuerzan. No hay más opción que un modelo que baje la tasa de interés real y devalúe la moneda en forma directa. Ya sea por la intervención en el mercado cambiario o por la intervención en el mercado monetario........

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