Opinión

martes, 19 diciembre 2023 | 06:00

El presidente López Obrador inauguró el jueves pasado un tramo del Tren Maya.

Una de las tres obras insignia de esta administración federal por fin arrancó oficialmente; con algo de demora, lo cual puede entenderse por ser el viaje inaugural -esperemos que no sea la constante-, partió de la capital campechana hacia Cancún, Q. Roo, uno de los destinos de playa más importantes del mundo.

El trayecto de 473 kilómetros fue cubierto en seis horas y media, tiempo de sobra para que el mandatario haya platicado y compartido el pan y la sal con el magnate Carlos Slim, uno de los favorecidos con contratos de construcción de la insigne obra.

El costo de la megaobra cuasi cuadruplicó el presupuesto original, es decir, pasó de 156 mil millones de pesos a 511 mil millones de pesos, según estimaciones del Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO), incluyendo 120 mil millones de pesos de subsidio para el 2024.

Los recursos públicos invertidos en el Tren Maya, cuya operación quedó bajo el mando de las fuerzas armadas, serán recuperados en un plazo de seis años, dijo el presidente; 587 años, dicen los más pesimistas. Todo dependerá de cuál sea el costo del pasaje, porque el oficialismo asegura que podría ser barato para los de la península o bien, de entre 1200 y 2400 pesos para el resto de los usuarios.

10 millones de árboles talados, cenotes de agua dulce afectados y zonas arqueológicas destruidas con la complacencia de las mismas autoridades federales, el transporte del tren de pasajeros recién inaugurado traerá competencia de precios en la región, a los autobuses y a las líneas aéreas.

De lo que no hay duda es que, pese al grave impacto ambiental a uno de los pocos pulmones que le quedan al planeta, también habrá un impacto positivo para el turismo local, nacional e internacional.

Bajo esta premisa, valdría la pena solicitar al corporativo ferroviario castrense que los turistas de Chihuahua que usen el Tren Maya, reciban un descuento del costo del pasaje como medida compensatoria por el monumental recorte a los recursos para el mantenimiento de los tramos carreteros federales de Chihuahua-Juárez-Chihuahua, y el de Chihuahua-Parral-Chihuahua.

Sería un gesto muy lindo si el ejecutivo federal entregara tarjetas de descuento para los menores y sus familiares, así como de los deudos de quienes perdieron la batalla contra el cáncer, por culpa del desabasto de medicamentos, para que disfruten de la ruta maya en el Tren pagado con recursos que les fueron negados.

Igualmente, que el IMSS-Bienestar, la secretaría del mismo nombre y el propio ISSSTE, negocien paquetes con tarifas preferenciales para los millones de adultos mayores que invierten la mayor parte de su pensión en medicamentos, tratamientos y cirugías que el sistema de salud Danés/azteca ya no les proporciona.

Así como los conquistadores españoles sepultaron la gran Tenochtitlan bajo sus construcciones estilo europeo, la 4T enterró los vestigios Mayas y la selva tropical del sureste mexicano bajo los rieles y vagones por órdenes deBartoloAMLO de Macuspana.

Es cuanto.