Ya no corren lavadoras
Por la calle de mi casa corrían carros de fuego. En el número cinco de calle Nueva bajaban lavadoras tiradas por los osados muchachos que competían por la mayor animalada. Como si pasara un tren de mercancías, solo se veían las chispas que producía la fricción del hierro con el piche. Ni TikTok ni Inteligencia Artificial, aquello era pura magia para todos los que asistíamos maravillados a semejante barbaridad. Daba lo mismo la edad o la condición social, siempre que tuvieras el valor suficiente podías participar en un espectáculo capaz de entretener a cualquiera. Bañeras, puertas de coches, neveras y escaleras que eran arrastradas por los ávidos pilotos que querían llegar hasta la Plaza del Charco. Es verdad que en Icod de los Vinos........
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