Incapaz aún de hacer aprobar por el Congreso sus medidas antipueblo y enfrentado al malestar general incluso de muchos que le apoyaron ciegamente en las urnas, el presidente Javier Milei viola la Constitución y entrega la soberanía de Argentina a entes imperiales como Gran Bretaña y Estados Unidos.

Es tan visible la pérfida maniobra traicionera que algunos de sus inexpertos alabarderos han comenzado a dar marcha atrás en un proceso que hasta ahora se ha vuelto indetenible.

No sólo se “solidarizó” con la ocupación británica de las argentinas Islas Malvinas, sino que permitió que el Ejército de Estados Unidos controle una importante red fluvial, fortalezca su presencia con enclaves en diversas partes del territorio y se sienta tanto complacido como consentido con la presencia de los principales directivos del Comando Sur y la Agencia Central de Inteligencia.
Como pueden apreciar, son muchas cosas no cuestionables, sino traicioneras en un solo párrafo.

Violando resoluciones internacionales, el ministro de Relaciones Exteriores inglés David Cameron visitó las Islas Malvinas, afirmó que éstas son partes integrantes del Reino Unido, que construirá allí nuevos puertos y extenderá a 170 000 kilómetros cuadrados el radio de veda total para la navegación y la pesca, a lo que el gobierno de Milei, ignorando el justo reclamo de soberanía de su país, se limitó a expresar su satisfacción por su presencia y dijo que lo recibiría cordialmente si en un futuro decide realizar una visita a Buenos Aires.

Pero no sólo en esto abdica la soberanía argentina, sino que sigue atando al país de pies y manos, al entregar el control de la más importante vía fluvial a militares norteamericanos.

Así lo estipula el acuerdo........

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