LA HABANA, Cuba. — A juzgar por la frecuencia con que viajan al exterior los más altos funcionarios del régimen castrista en busca de acuerdos de cooperación económica, memorándums de entendimientos e inversiones, pudiera llegarse a la conclusión de que están confiados de poder revertir la crítica situación de nada por aquí, nada por allá y nada por ninguna parte que eufemísticamente califican como “situación coyuntural”.

Si en vez de andar haciendo experimentos con la economía circular, el encadenamiento productivo entre el sector estatal y el privado y otras supercherías socialistas para ganar tiempo y mantenerse aferrados al poder, deberían, en esos viajes, aplicar con más sistematicidad la mendicidad creativa y el arte del pedigüeño, tomando como referentes al ácaro, el piojo y la lombriz solitaria, entre otras especies parásitas. Sería un buen modo de poner en práctica la máxima filosófica del presidente Díaz-Canel de “arrancarle un pedacito a cada problema”, que es como matar y descuartizar a una ballena con la punta de un alfiler.

Con la aplicación de la mendicidad creativa, que no les costaría mucho esfuerzo por su práctica de décadas de inspirar lástima y mendigar, sacarían más provecho a sus innumerables viajes y salvarían de la indigencia y la inanición, sino a todas las familias cubanas, a unas cuantas, digamos, a cuatro o cinco.

En su reciente visita a China, el primer ministro Manuel Marrero, en lugar del blablablá sobre acuerdos económicos, debió pedir a Xi Jing Ping un pimpampum para el círculo infantil de Caracusey “Pioneritos libres de ácaros” y así contribuir al bienestar de nuestros niños. Además, debió pedir dos bolsas de leche en polvo que servirían para que desayunaran cien abuelitos del asilo de ancianos El caguairán. Si la misma petición la hubieran hecho, yendo casa por casa de Beijing, los numerosos miembros de la comitiva del premier Marrero, tal vez se hubiese podido cumplir la promesa del general de ejército Raúl Castro de entregarle un vasito de leche a cada cubano.

El tartamudeante presidente de la Asamblea Nacional, Esteban Lazo, y sus acompañantes, podrían solicitarle al presidente colombiano Gustavo Petro café para varias coladitas, traerlo a Cuba y entonces sí, ¡ay mamá Inés!, podremos decir que todos los negros tomamos café.

Una de las que más viaja, la primera dama (¿o será primera combatiente?) Lis Cuesta Peraza, en vez de bailar con su esposo e irse de tiendas por New York a comprar carteras de lujo con la periodista Arleen Rodríguez, pudiera ir a Brasil y pedirle a Lula, si no culeros desechables, taparrabos que le sobren a algunas tribus del Mato Grosso o la Amazonía para destinarlos a excombatientes hoy convertidos en vulnerables cagalitrosos de la Asociación La Moringa infinita.

Imagínense al insumergible Ricardo Cabrisas, también conocido como El Corcho, ministro de Comercio Exterior y Cooperación Extranjera, trayendo en los bolsillos de su guayabera y en las de sus acompañantes muchas decenas de lentes oculares. ¡Cuántos cubanos podrían operarse de la vista y recuperar la visión, saltando por encima de las cataratas del ñángara!

Betsy Díaz, la ministra de Comercio Interior, pudo haber aprovechado mejor el rompehielos que empleó para traer a Cuba los chícharos que estaban atrapados en los congelados ríos de Canadá, trayendo además, tintes, shampoos, peróxido y acondicionadores para que lucieran tan cuidadas como la suya, las cabelleras de nuestras empoderadas y desgreñadas proletarias.

No dudo que gracias a la mendicidad creativa, los dirigentes de este régimen con mentalidad de parásitos lograrán remendar la carpa de este circo en el que solo pueden sobrevivir algunos malabaristas, tarugos y comecandelas.

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Mendicidad creativa en Cuba: ¿Qué (no) traen los comunistas de sus viajes?

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10.11.2023

LA HABANA, Cuba. — A juzgar por la frecuencia con que viajan al exterior los más altos funcionarios del régimen castrista en busca de acuerdos de cooperación económica, memorándums de entendimientos e inversiones, pudiera llegarse a la conclusión de que están confiados de poder revertir la crítica situación de nada por aquí, nada por allá y nada por ninguna parte que eufemísticamente califican como “situación coyuntural”.

Si en vez de andar haciendo experimentos con la economía circular, el encadenamiento productivo entre el sector estatal y el privado y otras supercherías socialistas para ganar tiempo y mantenerse aferrados al poder, deberían, en esos viajes, aplicar con más sistematicidad la mendicidad creativa y el arte del pedigüeño, tomando como referentes al ácaro, el piojo y la lombriz solitaria, entre otras especies parásitas. Sería un buen modo de poner en práctica la máxima filosófica del presidente Díaz-Canel de “arrancarle un pedacito a cada problema”, que es como matar y descuartizar a una ballena con la punta de un........

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