LA HABANA, Cuba.- Este fin de semana, una nota del INDER (Instituto Nacional de Deportes, Educación Física y Recreación) anunció la suspensión de los eventos deportivos.

El sábado, una información de Radio Reloj (por cierto, primera emisora del mundo en dar la hora y noticias minuto a minuto) daba divulgación a ese hecho, invocando con ese fin lo publicado “en el sitio Jit y plataformas de redes sociales”.

Según el suelto, la posposición afecta “las competencias previstas en las disciplinas de fútbol, ciclismo, baloncesto y béisbol”. Como motivo se alega que la medida se establece “atendiendo a la compleja situación con la disponibilidad de combustible”.

Para beneficio de los lectores que residen en países extranjeros, aclaro que este blablablá recién citado es una de las frases eufemísticas que suelen emplearse en la neolengua castrocomunista para evitar hablar con claridad de los abismos de miseria y desabastecimiento en que ha caído Cuba debido a la profundísima crisis que sufre.

Como cabía esperar en un medio de agitación y propaganda del régimen, no se hace la menor crítica de la insólita situación. Radio Reloj se limita a repetir el dato falsamente esperanzador que los burócratas del propio INDER dan como si creyeran que nuestro país, sin cambiar el inoperante sistema que impera, de verdad fuese a salir de la crisis terminal provocada por este.

Así repite: “cuando el país enfrente un contexto más favorable para la transportación, los participantes en los eventos pospuestos serán informados sobre la reprogramación del calendario deportivo del actual año”.

Si no conociéramos los puntos que calzan los plumíferos y cotorrones al servicio incondicional del régimen, nos asombraría la ecuanimidad con la cual ellos se refieren a este impactante asunto.

Es que, a lo largo de casi dos tercios de siglo, esos señores han repetido hasta el cansancio el dicho de sus jefes, acerca de los supuestos “logros” de lo que ellos llaman “la Revolución”. En ese contexto, se hace hincapié en la salud, la educación y los deportes.

Esta última afirmación, por sí sola, sería motivo más que suficiente para que se les cayera la cara de vergüenza. Y digo esto porque ellos proclaman a troche y moche su supuesta condición de “marxistas-leninistas”.

Y ya sabemos que, según el cerebro pensante y delirante del ideador de esa teoría mentirosa e inoperante, la base de la sociedad, la infraestructura, está constituida por la producción de bienes materiales.

Recalco: no por los servicios. Pero ya sabemos que los “marxistas” en general, pero en especial los que nos gastamos por esta tierra sobre la cual parece haber caído una terrible maldición, son un desastre en esos asuntos económicos. ¡Con decir que hoy Cuba a derechas no produce ni azúcar!…

Razón tenían los que comentaban que, si los rojos hubieran prevalecido sobre las fuerzas del Bando Nacional durante la Guerra Civil, ¡en España se habrían acabado el vino y el aceite de oliva!

Pero retornemos al tema que nos ocupa: Ya señalé que los castrocomunistas, olvidando sus numerosas “lecturas extranjerizas, confusas e incompletas” (de las que hablaba el gran Martí) mencionan, como sus grandes “logros”, los alcanzados en las tres ramas de los servicios arriba mencionadas.

Ante todo, conviene aclarar que esas realizaciones, como no surgen del propio sistema instaurado por los castristas, sino que son fruto de los subsidios brindados por la antigua Unión Soviética primero, y por la Venezuela chavista después, en realidad no merecen ser conceptuados como “logros”. Pero obviemos ese detalle y sigamos adelante.

El hecho cierto es que, en medio de la situación catastrófica en que el inviable sistema dirigista de planificación burocrática ha metido a la desdichada Cuba, ¡hasta esas ramas supuestamente emblemáticas de la vida nacional han quedado sumidas en un estado de absoluta postración! Esa triste realidad refleja con absoluta nitidez la magnitud del desastre en el que han metido a nuestro pobre país.

En lo que atañe a la educación (más exacto sería llamarla “adoctrinamiento”), se conocen de sobra los innumerables problemas que la aquejan. Me estoy refiriendo a los maestros improvisados, que la neolengua castrista bautizó con el adjetivo eufemístico de “emergentes”; a la absoluta carencia de los medios más elementales e irreemplazables (libros de texto, libretas, lápices).

En el campo de la salud pública, el pueblo cubano sabe, ¡por haberlo sufrido en su propio pellejo!, la magnitud de la catástrofe que está sufriendo. Por supuesto que no me estoy refiriendo a los privilegiados del régimen que son atendidos en las exclusivísimas instalaciones conocidas por las siglas CIMEQ. A quienes aludo es a los millones de cubanos de a pie (incluso militantes comunistas de filas) cuya única opción es acudir a cualquiera de los otros hospitales, desabastecidos, mugrientos y ruinosos, ubicados en La Habana o cualquier ciudad del interior.

En todos estos priman el abandono, la desidia y la carencia de los insumos más elementales. A cada rato vemos —en la prensa verdadera, que es la independiente— un reportaje sobre algún paciente que se ve desahuciado por no contar sus médicos con los medios y remedios necesarios; e insisto en que no estoy hablando de instrumentos sofisticados ni de medicamentos caros y exóticos, sino de cosas elementales.

Pero el hecho cierto es que, en esos campos de la enseñanza y los servicios médicos, el régimen puede enmascarar esas carencias con relativa facilidad. Pueden faltar las cosas más sencillas, pero esto lo van sabiendo, por separado, de manera individual, aquellos que tienen a un hijo estudiante o que confrontan la desgracia de padecer un problema de salud.

En el terreno de los deportes, se puede actuar de ese mismo modo ante la emigración masiva de los atletas de nivel. También ante las sombrías perspectivas, cosa que señala con acierto, en un artículo publicado este domingo aquí mismo en CubaNet, la colega Miriam Leiva: “La nutrición de la mayoría de la población es muy deficiente, especialmente para los niños y adolescentes, cuyo desarrollo físico e intelectual se está afectando sin posible recuperación”.

Pero por supuesto que no puede actuarse del mismo modo ante la cancelación de una competencia en la que equipos diversos deben enfrentarse en presencia de cientos o miles de espectadores. Algo así no puede pasar tan inadvertido como —digamos— la suspensión de una intervención quirúrgica que ha sido pospuesta una y otra vez con los más variados pretextos, cosa que sólo suele ser conocida por el paciente afectado y sus parientes cercanos.

Es por eso que ahora le ha tocado al INDER el triste privilegio de verse obligado a revelar (cosa de la que se han librado los ministerios de Educación y de Salud Pública) la magnitud de los efectos que tiene, en su campo, la catástrofe en la que está sumida nuestra Patria.

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QOSHE - El desastre cubano ha llegado también al emblemático campo de los deportes - René Gómez Manzano
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El desastre cubano ha llegado también al emblemático campo de los deportes

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14.02.2024

LA HABANA, Cuba.- Este fin de semana, una nota del INDER (Instituto Nacional de Deportes, Educación Física y Recreación) anunció la suspensión de los eventos deportivos.

El sábado, una información de Radio Reloj (por cierto, primera emisora del mundo en dar la hora y noticias minuto a minuto) daba divulgación a ese hecho, invocando con ese fin lo publicado “en el sitio Jit y plataformas de redes sociales”.

Según el suelto, la posposición afecta “las competencias previstas en las disciplinas de fútbol, ciclismo, baloncesto y béisbol”. Como motivo se alega que la medida se establece “atendiendo a la compleja situación con la disponibilidad de combustible”.

Para beneficio de los lectores que residen en países extranjeros, aclaro que este blablablá recién citado es una de las frases eufemísticas que suelen emplearse en la neolengua castrocomunista para evitar hablar con claridad de los abismos de miseria y desabastecimiento en que ha caído Cuba debido a la profundísima crisis que sufre.

Como cabía esperar en un medio de agitación y propaganda del régimen, no se hace la menor crítica de la insólita situación. Radio Reloj se limita a repetir el dato falsamente esperanzador que los burócratas del propio INDER dan como si creyeran que nuestro país, sin cambiar el inoperante sistema que impera, de verdad fuese a salir de la crisis terminal provocada por este.

Así repite: “cuando el país enfrente un contexto más favorable para la transportación, los participantes en los eventos pospuestos serán informados sobre la reprogramación del calendario deportivo del actual año”.

Si no conociéramos los puntos que calzan los plumíferos y cotorrones al servicio incondicional del régimen, nos asombraría la........

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