La actividad bélica en Ucrania nunca fue una guerra entre Ucrania y Rusia Comenzó en el 2014 como un conflicto personal entre EE. UU. y Rusia con el golpe de estado neonazi dirigido, en persona, por la Subsecretaria de estado, Victoria Nuland en la Plaza Maidan de Kiev. Desde entonces el combate real es entre Rusia y EE. UU. pone el dinero para mantener el fuego. Ucrania solo pone los muertos.

Europa, mientras, se convertía en la víctima colateral económica por el servilismo de la Comisión Europea hacia los intereses del Deep State de Washington. Bruselas es la sede de la OTAN y de la Comisión Europea; una coincidencia que no es casual

El Dep State es la minoría oculta que en realidad gobierna desde Washington. Su poder proviene de parasitar al mundo entero pagando sus deudas con dólares sin respaldo desde 1971. Desde entonces los dólares que emite Estados Unidos son como cheques sin fondos.

Las razones reales del conflicto en Ucrania nunca tuvieron que ver con la defensa de un país débil agredido por su vecino más poderoso. Es lo contrario; el país más débil fue empujado por la OTAN a agredir a su poderoso vecino.

El insólito relato otanista de agredir a civiles con bombas diciendo que así defiende los ideales de libertad y democracia. Siempre el mismo relato; salvar la democracia(¿en Ucrania?), siempre se actúa no con el mismo bastardo interés geopolítico de hegemonía global de erosionar al único rival: Rusia.

La falsedad del relato la expusieron, hace pocos días, varios senadores norteamericanos cuando reconocieron, sin timidez, en un momento de rara transparencia que la ayuda militar a Ucrania había sido «la mejor inversión de toda la historia para la seguridad de EE. UU.», Porque con la inversión de 130 millardos que es «sólo son el 3% del presupuesto militar anual hemos conseguido degradar el ejército ruso en un 50%, sin perder una sola vida americana». Aun errando en los números ( no son más que charlatanes políticos), las escandalosas declaraciones de estos senadores ponen de manifiesto que el Occidente Colectivo ha perdido el juicio y la decencia:

para el gobierno norteamericano sólo tienen valor las vidas americanas. Las vidas ucranianas son solo un sacrificio humano como ofrenda para propiciar el favor de Mammon, su Dios, hacia los dueños del Deep State.

La maldad de tal hipocresía es aún más egoísta, porque en la balanza del impacto electoral norteamericanas solo cuenta la pérdida de vidas americanas aunque provoquen conflictos en todo el mundo donde mueren cientos de miles de ucranianos pérdida de generaciones enteras, como en Palestina, para satisfacer ambiciones criminales, sin lograr nada positivo para la humanidad;, son «una buena inversión solo para los beneficiarios de la hegemonía anglosionista».

Los jóvenes ucranianos que entrenan y equipan, para luchar contra Rusia son apenas meros peones sacrificados en el tablero del ajedrez hegemónico. Sus familias lloran para mantener la esperanza de haber debilitado, temporalmente, al probable adversario de la hegemonía anglosionista.

¿ Son estos son los valores que Occidente afirma defender hasta el último palestino o ucraniano? Es ilustrativo que la cámara de representantes aprobó este crédito dentro de un paquete de ayuda a los gobiernos genocidas de Kiev y de Tel Aviv

La narrativa de la «no provocada» la invasión rusa; oculta la realidad de que fué una invasión provocada por la OTAN ( EEUU ) quien venía provocando a Rusia con las sucesivas expansiones de la OTAN, una organización que se dice defensiva para proteger la región del Atlántico; pero ha llevado guerras ofensivas sin provocación alguna en los 5 continentes (Afganistán, Iraq, Libia, Siria, Ucrania .

En especial, con la iniciativa de pretender incorporar a Georgia y Ucrania, aprobada en la Cumbre de la OTAN de Bucarest en 2008. Una torpe provocación porque el propio embajador de EE. UU. en Moscú, William Burns ( ahora director de la CIA), había advertido que la incorporación de Ucrania era para Rusia «la más roja de todas las líneas rojas» no sólo para Putin, sino para toda la clase dirigente rusa: «Durante más de dos años de conversaciones con las principales figuras políticas rusas, he escuchado solo unanimidad contra eso. Unanimidad que abarca desde los mayores defensores de una línea dura en el Kremlin hasta de los más acerbos críticos de Putin. No he encontrado a nadie que no considerara la pertenencia de Ucrania a la OTAN como un desafío directo a los intereses de Rusia».

Sin embargo, apenas seis años después, en 2014, EE. UU. apoyó un golpe de Estado contra el presidente ucraniano Victor Yanukovich, democráticamente elegido, para colocar en Kiev un triunvirato títere provisional algo que provocó la insurrección del Donbas y de Odessa que casi derroca al gobierno títere y desató una guerra civil que se aplacó con los Acuerdos de Minsk, La Nuland animó a que el nuevo Presidente de Ucrania, Volodomir Zelensky a no respetar los Acuerdos de Minsk y atacar con el nuevo ejército ucraniano, equipado por la OTAN, a las provincias descontentas del Donbass, Murieron decenas de miles de civiles a pesar de que los Acuerdos de Minsk estaban garantizados por Alemania y Francia, pero en mala fé. Porque tanto la ex canciller Merkel como el ex presidente Hollande confesaron años más tarde que nunca pensaron en su aplicación. Se garantizaron solo como un engaño a Rusia «para ganar tiempo» que permitiese rearmar un nuevo ejército que debía ser y entrenado en la doctrina y técnicas bélicas de la OTAN en la misma Ucrania.

Desde este golpe de Estado de 2014, la OTAN armó y entrenó con equipos norteamericanos al ejército ucraniano (un país no miembro de OTAN ), Esa política volvió crónica, durante 8 años la matanza de civiles en la región pro-rusa del Donbass en el Este de Ucrania; tanto que la matanza realizada por el nuevo ejército pro OTAN de Ucrania. La matanza de civiles de cultura rusa en el Donbass duró hasta enero de 2022, cuando ya habían matado a 14.000 adultos civiles y 15 mil niños; todo eso sin un solo titular en Occidente.

Con ello se pretendía recuperar la Península de Crimea, sede de la única base naval de Rusia en mares cálidos. Ante los ojos rusos, por tanto, la Operación Militar especial se consideró un ataque preventivo ante una amenaza existencial. El objetivo de la Operación Especial era disuadir al gobierno ucraniano de buscar la confrontación y garantizar su compromiso de neutralidad e implementación de los Acuerdos de Minsk. Tal fue el propósito anunciado por el Presidente Vladimir Putin, en persona y ratificado anteriormente ante Washington y Bruselas por el Canciller ruso Sergei Lavrov.

Rusia preveía su operación militar especial como un conflicto de pocos días o semanas, como la campaña contra la agresión de Georgia a Osetia del Sur, el año en 2008. La operación militar especial debió haber producido una rápida negociación y llegar a un acuerdo como el que estuvieron a punto de suscribir en Turquía en abril del 2022, cuando todavía apenas había pocas bajas por ambos bandos. Pero eso no convenía a los buscapleitos de la OTAN cuya ilusión era debilitar a Rusia con sanciones y bajas en el campo de batalla para provocar un descontento que derrocara a Putin, tal como dice el manual para revoluciones de color con el que se derrocan gobiernos adversos.La primera versión exitosa de ese manual ocurrió en 1917. Cuando tumultos organizados desde adentro provocaron la cobarde fuga del Kaiser de Alemania Guillermo II. Pero ni Rusia está tan agotada como la Alemania del 1917 ni Putin tiene algún parecido con Guillermo II.

Para prolongar la guerra con ese objetivo, cuando Ucrania ya estaba a punto de firmar dicho acuerdo, EE. UU. y Reino Unido decidieron torpedear pensando poder desgastar a Rusia,

Una actitud confirmada sucesivamente por testigos como el ex primer ministro israelí y el ministro de Exteriores turco (las negociaciones se habían llevado a cabo en Turquía). Con toda razón, el general alemán retirado Harald Kujat, antiguo jefe de Estado Mayor del Ejército alemán y expresidente del Comité Militar de la OTAN, afirmó que «todos los muertos ucranianos y rusos desde el 9 de abril de 2022 se deben a que Occidente impidió a Ucrania firmar un tratado de paz con Rusia».

Para confirmar esa opinión, conviene recordar que en mayo del 2022 Boris Johnson se precipitó de Londres a Kiev para impedir esa paz que hubiera salvado la vida a decenas de miles de jóvenes ucranianos y rusos

El falaz relato de Occidente sobre la guerra de Ucrania se ha apoyado en dos pilares.

El primero es la distorsionada imagen que los de Occidente propagaron sobre Putin. Una imagen que nunca propagaron sobre ningún líder soviético a pesar de que entonces había diametrales discrepancias ideológicas.

¿Por qué precisamente de Putin, entre tantos yonquis intoxicados o psicópatas del poder que pululan por ahí, desde el Oriente al Occidente?

La respuesta estriba en que, más allá del escalofrío que provoca el sobrio, terso y cortés personaje, se ha levantado una exitosa campaña de demonización por obra de la masiva propaganda anglosajona,

Esa campaña logró hacer olvidar, por ejemplo, la presencia de Rusia en el seno del G-8, o las amistosas relación entre Putin y Obama en el G-20 de 2012, también las afirmaciones de Bill Clinton describió al autócrata ruso en 2013 como una persona «muy inteligente» y un socio confiable. En efecto, preguntado a puerta cerrada por el entrevistador sobre si se podía confiar en él, Clinton respondía: «Cumplió su palabra en todos los acuerdos a los que llegamos». Por cierto, Clinton se refería al mandatario ruso educadamente como «Mr. Putin» mientras el actual Presidente Biden, que tiene un largo rabo de paja. le califica de «loco hijo de puta», un modo de expresarse que muestra un gran avance de la cordura y civilización en Washington.

El segundo pilar sobre el que se apoya la propaganda occidental es el desconocimiento de la realidad rusa. Para Occidente, Rusia sigue siendo siempre un acertijo envuelto en un misterio dentro de un enigma, como dijo el rebuscado Churchill.

Un ejemplo de ello es la reacción en Occidente ante las recientes elecciones en las que Putin fué reelegido por un supuesto 87% de los votos. El resultado fué inmediatamente tildado de fraudulento por Occidente.

Esa denuncia es plausible en Occidente porque el fraude electoral es algo común en los regímenes que son seudo democráticos que lo caracterizan que cultivan las formas, pero son colectivamente autocráticos en el fondo.

En el caso de Rusia. La pregunta debe ser otra: ¿necesita realmente Putin cometer fraude para ganar las elecciones? Aquí el Occidente Colectivo se enfrenta a un dato incómodo , pero cierto: Putin es y ha sido siempre muy popular en su país. Tal vez porque cuando se le escucha se muestra y hace evidente que que es un Estadista de alta calidad intelectual y moral, con un nivel que está muy por encima de los mediocres dirigentes políticos del Occidente, que ya no conciben alguna idea donde sea discernible la vinculación al sentido del honor de elevación cultural o sentido del patriotismo como servicio leal, y no las poses retóricas.

Algunas de las causas de la popularidad de Putin, en occidente se empeñan en creerlas espurias, como suponer un control que el gobierno ruso ejerce sobre los medios de comunicación, porque es lo que se practica en occidente existe la censura y se impide leer los despachos de las agencias rusas; como todo el mundo en Europa sabe bien. Sin embargo no se censuran las estupideces que dice Josep Borrel el tonto que describe a Europa como un jardín asediado por las malas hierba que constituida por el resto del mundo. Tal es la frecuencia de sus tonterías insulsas, que me hacen pensar que en lugar de censurarlo debieran amordazarlo.

Con tales altos dirigentes a Occidente le duele que el presidente Putin sea un Estadista serio que demuestra su categoría cada vez que da sus conferencias de prensa públicas, donde , por horas,responde preguntas con cortesía, precisión y claridad.

Putin no tiene opositores relevantes porque ningún otro hombre político en Rusia o en Occidente tienen claridad de visión sobre un proyecto político que proporcione prosperidad y seguridad a la vez. Sólo Xi Jinping rivaliza con él en ese nivel de personalidad y claridad en ideas innovadoras. Pero, para desesperación de Occidente ambos estadistas son amigos y aliados. Ambos gobernantes mejoraron el nivel de vida de sus ciudadanos y la potencia económica y militar de sus respectivos países.

Si la Autocracia es gobernar así, tal vez debemos incluirla entre las formas de gobierno benignas.

El término Democracia se ha desacreditado porque ahora describe un régimen de gobierno que se torna represivo que porque simula que hay alteración en el poder de distintos proyectos políticos cuando en la realidad los partidos que protagonizan el sistema no son internamente democráticos y suelen ser sistemas internamente grupos feudales que periódicamente se turnan en mentir a los ciudadanos ofreciendo soluciones políticas y soluciones políticas que luego no se cumplen; como el notorio caso de Zelensky que ganó las elecciones ucranianas porque prometió cumplir los acuerdos de Minsk que acabarían con la guerra civil entre ucranianos pro- rusos y pro- nazis.

En realidad el sistema democrático no es representativo; porque la representación en un país de gente honesta está delegada a los miembros escogidos por los jefes de las bandas cómplices que se turnan como partidos en una complicidad colectiva para robar y lucrar del Erario Público la riqueza que produce el trabajo de los asalariados,

Algo parecido a ese cuadro ocurrió en Rusia durante la pesadilla que fue el gobierno títere de Boris Yeltsin, el hombre puesto allí y manipulado por Occidente .

Los malos recuerdos de aquella época de despojo están entre las otras causas objetivas que explican la popularidad de Putin. Putin acabó con la guerra desatada en Chechenia por los anglosionistas. La veracidad de esa afirmación la confirma el hecho de que el "Gobierno de Chechenia" en el exilio tenía su sede en Londres y era subvencionado por Inglaterra

Las circunstancias de la Rusia de Putin son muy distintas a las que dejó Yeltsin en cuya época el ministro privatizador Anatoli Chubais liquidó entre un pequeño grupo de cómplices a precio de ganga las enormes empresas del régimen soviético, compradas generalmente con dinero proveniente de New York, porque los compradores eran habitualmente meros empleados de las empresas del estado que compraban Así surgieron de la nada esos oligarcas rusos que de preferencia escogen a Londres como lugar de sus fastuosas residencias.

Cualquier politólogo competente describiría a Occidente como un parásito que se nutre con las agresiones de la OTAN y el uso del dólar sin respaldo.

Un sistema agotado que para sobrevivir necesita apoderarse de los inmensos recursos de Rusia. Otro imperativo vital es impedir que esos recursos rusos refuerzan la solidez del ejemplo que muestra al mundo moderno el novedoso gobierno meritocrático en que ha evolucionando en el marco de la República Popular de China cuyos éxitos muestran un sistema de gobierno eficaz que ha sacado de la miseria a 1000 millones de ciudadanos chinos y restaurado a China como la primera potencia económica mundial, fuente de innovaciones tecnológicas que siempre fue y el aumento de los ingresos de ciudadanos chinos convirtió al mercado chino en el más grande del mundo.

D La evolución del comunismo en China que se aleja cada vez más de los dogmas obsoletos del marxismo leninismo. Son el ejemplo de gobierno socialista más exitoso en combinar prosperidad, seguridad, patriotismo y equidad social. El régimen de gobierno de la China Popular puede ser el sendero que lleve hacia la prosperidad y el desarrollo del Sur Global.

Esa posibilidad es la peor pesadilla para las oligarquías partidocracias que bajo la caparazón de Democracia lucran en la red de complicidades rapaces del Occidente Colectivo.

La situación bélica en el frente ucraniano señala hacia una rápida derrota de la OTAN que ya era evidente desde febrero de 2022. Los sacrificios humanos ofrecidos a Mammon resultaron inútiles. Las tropas rusas se acercan al río Dnieper que probablemente sea la frontera natural entre lo que quede de Ucrania y la nueva Rusia.

Nuevos sacrificios

Los occidentales exigen ahora al junkie Zelensky que promulgue una Ley Marcial de movilización, que según dicen Zelensky y Washington va a crear un nuevo ejército ucraniano de medio millón de hombres que enviar al matadero. El objetivo de esa locura es mejorar la imagen de Biden con fines electorales; Un sacrificio inutil de mucha gente que se etiqueta como "Contraofensiva de Otoño ", para mantener vivo el mito de una victoria de la OTAN contra Rusia en el campo de batalla. Algo plausible, pero útil a Biden si logra sobrevivir durante la etapa final de la campaña presidencial norteamericana. El que no sobrevivirá esa campaña es Zelensky. Aunque la OTAN, para justificar su existencia y los suntuosos salarios ha inventado el mito de que Putin sufre de terrofagia y ahora como no está satisfecho con los 17 millones de kilómetros cuadrados sobre los que ya gobierna puede continuar acumulando glorias y para emular al Zar Alejandro, vencedor de Napoleón él también desea movilizar a sus cosacos para que vuelvan a lucir sus caballos en los Campos Eliseos de Paris.

Es algo parecido el último delirio de Bruselas contra Putin para mantener vigentes las suntuosas sinecuras que reciben quienes trabajan en el binomio EU- OTAN Tratan de prolongar la agonía de esos organismos mientras esperan conocer al Mesías, quien según la profecía bíblica vendrá después del Apocalipsis, un evento que algunos fanáticos religiosos quieren simular provocando una guerra nuclear . El famoso periodista brasileño Pepe Escobar dio hace un par de días la noticia de que Netanyahu envió un F 35 israelí con una bomba nuclear hacia Irán, pero que el avión fue derribado por los rusos volando sobre Siria antes de que activara la bomba.

QOSHE - Washington paga a Zelensky 70 millardos por la ofrenda de Sacrificios humanos que propicien la victoria electoral de Biden - Umberto Mazzei
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Washington paga a Zelensky 70 millardos por la ofrenda de Sacrificios humanos que propicien la victoria electoral de Biden

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23.04.2024

La actividad bélica en Ucrania nunca fue una guerra entre Ucrania y Rusia Comenzó en el 2014 como un conflicto personal entre EE. UU. y Rusia con el golpe de estado neonazi dirigido, en persona, por la Subsecretaria de estado, Victoria Nuland en la Plaza Maidan de Kiev. Desde entonces el combate real es entre Rusia y EE. UU. pone el dinero para mantener el fuego. Ucrania solo pone los muertos.

Europa, mientras, se convertía en la víctima colateral económica por el servilismo de la Comisión Europea hacia los intereses del Deep State de Washington. Bruselas es la sede de la OTAN y de la Comisión Europea; una coincidencia que no es casual

El Dep State es la minoría oculta que en realidad gobierna desde Washington. Su poder proviene de parasitar al mundo entero pagando sus deudas con dólares sin respaldo desde 1971. Desde entonces los dólares que emite Estados Unidos son como cheques sin fondos.

Las razones reales del conflicto en Ucrania nunca tuvieron que ver con la defensa de un país débil agredido por su vecino más poderoso. Es lo contrario; el país más débil fue empujado por la OTAN a agredir a su poderoso vecino.

El insólito relato otanista de agredir a civiles con bombas diciendo que así defiende los ideales de libertad y democracia. Siempre el mismo relato; salvar la democracia(¿en Ucrania?), siempre se actúa no con el mismo bastardo interés geopolítico de hegemonía global de erosionar al único rival: Rusia.

La falsedad del relato la expusieron, hace pocos días, varios senadores norteamericanos cuando reconocieron, sin timidez, en un momento de rara transparencia que la ayuda militar a Ucrania había sido «la mejor inversión de toda la historia para la seguridad de EE. UU.», Porque con la inversión de 130 millardos que es «sólo son el 3% del presupuesto militar anual hemos conseguido degradar el ejército ruso en un 50%, sin perder una sola vida americana». Aun errando en los números ( no son más que charlatanes políticos), las escandalosas declaraciones de estos senadores ponen de manifiesto que el Occidente Colectivo ha perdido el juicio y la decencia:

para el gobierno norteamericano sólo tienen valor las vidas americanas. Las vidas ucranianas son solo un sacrificio humano como ofrenda para propiciar el favor de Mammon, su Dios, hacia los dueños del Deep State.

La maldad de tal hipocresía es aún más egoísta, porque en la balanza del impacto electoral norteamericanas solo cuenta la pérdida de vidas americanas aunque provoquen conflictos en todo el mundo donde mueren cientos de miles de ucranianos pérdida de generaciones enteras, como en Palestina, para satisfacer ambiciones criminales, sin lograr nada positivo para la humanidad;, son «una buena inversión solo para los beneficiarios de la hegemonía anglosionista».

Los jóvenes ucranianos que entrenan y equipan, para luchar contra Rusia son apenas meros peones sacrificados en el tablero del ajedrez hegemónico. Sus familias lloran para mantener la esperanza de haber debilitado, temporalmente, al probable adversario de la hegemonía anglosionista.

¿ Son estos son los valores que Occidente afirma defender hasta el último palestino o ucraniano? Es ilustrativo que la cámara de representantes aprobó este crédito dentro de un paquete de ayuda a los gobiernos genocidas de Kiev y de Tel Aviv

La narrativa de la «no provocada» la invasión rusa; oculta la realidad de que fué una invasión provocada por la OTAN ( EEUU ) quien venía provocando a Rusia con las sucesivas expansiones de la OTAN, una organización que se dice defensiva para proteger la región del Atlántico; pero ha llevado guerras ofensivas sin provocación alguna en los 5 continentes (Afganistán, Iraq, Libia, Siria, Ucrania .

En especial, con la iniciativa de pretender incorporar a Georgia y Ucrania, aprobada en la Cumbre de la OTAN de Bucarest en 2008. Una torpe provocación porque el propio embajador de EE. UU. en Moscú, William Burns ( ahora director de la CIA), había advertido que la incorporación de Ucrania era para Rusia «la más roja de todas las líneas rojas» no sólo para Putin, sino para toda la clase dirigente rusa: «Durante más de dos años de conversaciones con las principales figuras políticas rusas, he escuchado solo unanimidad contra eso. Unanimidad que abarca desde los mayores defensores de una línea dura en el Kremlin hasta de los más acerbos críticos de Putin. No he encontrado a nadie que no considerara la pertenencia de Ucrania a la OTAN como un desafío directo a los intereses de Rusia».

Sin embargo,........

© Aporrea


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