Entonces…¿ya tenemos permiso para hablar de inmigración?
En España no se puede hablar abiertamente de los conflictos que causa la emigración masiva. El minuto de televisión que confirma esta tesis es aquel de 2023 en que Susana Griso muestra imágenes de un señor árabe intentando agredir con un cuchillo a seis personas en el parque infantil de Los Alpes y la presentadora comenta que “son votos para Le Pen, es un regalo". No se mira el problema social, sino las consecuencias electorales. Cuando hay más libertad para debatir en Forocoches que en El País muchos lectores preferirán leer Forocoches (y lo mismo terminan votando a Alvise, Bukele o Vox, desoyendo el pastoreo matinal de Silvia Intxaurrondo).
El pasado sábado el periodista Juan Soto Ivars publicó un artículo titulado "La inmigración es un problema, no tengas miedo de admitirlo". Allí explicaba la incomodidad que causa su sola mención en el ambiente social en que se mueve, ya sea en la tertulia de Julia Otero o en una cena de amigos donde una mujer confiesa que tiene miedo de pasear de noche por un barrio con alta densidad migrante (esos que Rocío de Meer definió como “estercoleros multiculturales”). Soto Ivars, como cualquiera, no quiere sentirse........
© Vozpópuli
visit website