¿Alguien ha visto a Sánchez en el metro? ¿Lo pillas?
Suena el despertador y, como cada mañana, te levantas y haces las tareas oportunas para salir de casa en media hora. Caminas hasta el metro, esperas unos minutos de pie en el anden a que llegue el tren y subes a un vagón. No hay sitio para sentarse, así que tratas de desplazarte entre la gente que va apiñada, para poder agarrarte a alguna barra que te facilite el equilibrio, mientras el metro está en marcha. Normalmente no mirarás a tu alrededor, sacarás el móvil de tu bolsillo y fijarás tu mirada en la pantalla. Pero, si levantas la mirada, verás que todo el mundo está igual que tú. Todos mirando la pantalla del móvil, con caras serias que reflejan hastío.
Esto es lo que ve cualquiera que use el transporte público con frecuencia y en horas punta, que son las horas en las que uno tiene que ir y volver del trabajo. Sin hablar de ciertas líneas o determinadas horas en las que mejor no sacar el móvil y estar atento a que no te lo roben o te metan un guantazo que te reviente el tímpano, como a aquella chica que esperaba en un anden del metro de Barcelona.
Pero en el mundo socialista el transporte público se vive de otra manera. En su campaña para fomentarlo, el Ministerio de Transportes nos enseña lo divertido que es viajar en autobús, donde todo es gente guapa, que va a la última,........
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