Juan Carlos, el quinto rey de la baraja
La monarquía es un anacronismo. Sencillamente sobra. También sobran otras lacras sociales como el sistema electoral, la desigualdad en el trato autonómico, la asombrosa prohibición de estudiar en español a los niños catalanes, el blanqueo de la violencia de ETA, la amnistía con el único objetivo de glorificar a Sánchez, la reactualización de la guerra civil ochenta años más tarde, el aspectismo o rechazo a la mujer que no alcanza el canon de belleza, el abandono de la alta tasa de suicidios, la soledad de uno de cada cuatro jóvenes… Sin embargo, la monarquía de Felipe VI nos viene bien. Si la comparamos con el despilfarro sanchista resulta muy adecuada en la relación gastos / beneficios, incluso, o sobre todo, cuando el presidente de la nación se desentiende de ella.
El exilio de don Juan Carlos, sus visitas a España para bodas o regatas y sus traspiés, nos tiene, sin embargo, trastornados. Y no sin razón. Ya nos gustaría saber cómo lo va a tratar la historia. ¿Depende de quien la cuente y con qué intención? En busca de la objetividad se lo he preguntado a alguien que parece neutro en estos asuntos, la inteligencia artificial, el Chat GPT, que cuesta todavía saber cómo funciona, pero tiene una reputación indestructible. ¿Quiénes son los reyes de España que han favorecido el desarrollo? Y me ha contestado con cinco soberanos dentro de los mil años de monarquía, desde Fernán González hasta Felipe VI. Diez siglos de historia y solo cinco nombres. Es........
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