Una verdad incómoda: los desastres son buenos para el PIB
El desastre humanitario y económico provocado por la Dana, eso que siempre se llamó “gota fría” y que casi cada año sucede por estas fechas, aunque no con tanta intensidad, implicará una inversión público-privada tan grande y un aumento del consumo para la reconstrucción tan intenso, que se notará, en positivo, en el PIB. Esto, que puede parecer contraproducente, se debe a que se aplica mal este indicador. Se toma como si midiera un patrimonio, cuando lo que mide es una producción. España es el Museo del Prado, el Coto de Doñana, las calas de la Costa Brava, la catedral de Salamanca… son valores fijos, pero el PIB no cuantifica esas realidades sino el valor monetario de los bienes y servicios finales producidos por un país en un período determinado (solemos usar un año pero se estudia su evolución por periodos de tres meses, incluso en algunos países, como Reino Unido, cada mes). Esto implica que, si ocurre un episodio puntual de destrucción (obviamente, no una guerra que dure años y lo devaste todo como en Ucrania), lo más habitual es que , finalizado el desastre, todo se active mucho más, la fase de la reconstrucción implica movimiento y expansión, se produce mucho más. Es una de las sombras que arroja este indicador ya que puede llevar a muchos a sacar conclusiones erróneas de su evolución.
Muchos gobiernos pueden presumir de crecimiento de PIB simplemente porque han disparado su gasto público (sea con inversiones o con subvenciones que han propiciado un aumento del consumo) gastando más de lo........
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