Albares, ministro de bochornos exteriores
Escena en playa venezolana.
En primer plano, señor sonriente con carita de rezar el jesusitodemivida y gafitas redondas. Viste chándal de chaqueta, con la parte de arriba en amarillo, una franja intermedia en “V” azul con estrellas blancas, y la parte de abajo en rojo.
Al fondo, dos señoritas en triquini paseando por la orilla y un señor con una pancarta que pone “liberen a los presos políticos”.
A los pies del chandalizado aparece de pronto una iguana con collar de perro. El hombre pega un respingo horrorizado, dice “¡la leche!”, y una voz femenina comenta detrás de cámara:
-Les dije se llevaran a Susanita… ella es divina, pero es bieeeeeeen pesada…
Un chico moreno tatuado, aparece de la nada y coge a la susodicha, que se deja, y la voz dice “¡grabamos!”.
Un motivado José Manuel Albares comienza a hablar con tono engolado:
-Hola, hoy quería hablaros del uniforme oficial de los blanqueadores del chavismo -lo hace señalándose a sí mismo y sin dejar de mover la cabeza de un lado a otro, como esos perritos que se colocan en el salpicadero. -Es un uniforme que usamos los que nos codeamos con estafadores de la democracia, para acudir a ceremonias oficiales.
Sigue después explicando la historia del chándal y por qué no conviene acercarlo al fuego, dado lo inflamable del material; cita algunos desodorantes que no dejan cerco en él, y aclara que también existe la versión femenina. Es ahí donde el tatuado aparece de nuevo y le entrega una foto para que muestre a cámara, de Yolandaperón con minifalda y chaqueta similar pero entallada, en plan majorette animadora de dictaduras.
Para terminar la perorata, dice sonriendo y juntando manitas en modo........
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