Huracán Sánchez y el casting socialdemócrata
Dicho así pareciera que estuviéramos hablando de un boxeador, de hecho existe uno con ese alias, y, en cierta manera, Pedro Sánchez recuerda a esos púgiles que conocen la técnica y dan la talla físicamente, pero que carecen de la rapidez mental para reaccionar e improvisar según se va desarrollando la contienda. Así que va a piñón fijo según las instrucciones del entrenador, sabedor, porque no es tonto -es lento pero no tonto-, de que sus posibilidades están en seguir las indicaciones de su director de campaña.
En esas condiciones y con todos los apoyos mediáticos que tiene, comparado con el resto, es el candidato con más posibilidades; hasta que lo sueltan sin guión y se la pega, claro. Tema muy distinto es que convenga a los españoles, de hecho es letal, pero en eso poco podemos hacer y el desastre que traía lo anticipamos hace más de un año en 'Españoles, Zapatero ha vuelto'.
Sánchez insiste de forma continuada en que lo suyo es el progresismo y, como demostramos, eso no tiene nada que ver con el progreso, sino que es una estrategia diseñada por lobos con piel de cordero para implantar (o mantener) el socialismo de forma progresiva, con una forma de gobierno donde los votos no cuentan y donde manda una aristocracia socialista. A ese plan global han de subordinarse los intereses de los españoles, haciéndose lo que haga falta, pero ese tema, el del interés de los españoles, lo trataremos otro día. Hoy lo que haremos será analizar el momento político, intentando aclarar el caos socialdemócrata según nuestro enfoque de siempre, el de la Teoría Generacional y la Democracia Formal, empezando por los fundamentos sociológicos del orden político.
Lo que determina el orden imperante actual es el pensamiento dominante (o zeitgeist), que es el "mesianismo político" y que viene de la Segunda República, madre de todas las trampas progresistas actuales, un régimen que no era una democracia y que produjo, de forma similar a lo ocurrido en otras partes de Europa, un mesianismo político de signo contrario con las consecuencias conocidas; dialéctica que se mantiene viva para seguir con el saqueo del pueblo. Desde entonces se sacraliza al Estado, se idolatra a sus dirigentes y se engaña con tierras prometidas y manás para vivir sin trabajar, convirtiendo al pueblo en vasallos estatales siempre pendientes de la predicación política en los grandes medios de manipulación de........
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