Vencedores y vencidos
No creo que nadie pueda sorprenderse de los resultados de Bildu a estas alturas del fin de España. Son los propios de esa hedionda pocilga moral que es el País Vasco, con pocas y honrosas excepciones. Desde el primer momento que ETA anunció que dejaba de matar sin entregar armas, mientras el gobierno traidor habilitaba la marca de Bildu para presentarse a las elecciones vascas y navarras de 2011, la presión que ejercieron siempre fue la eliminación del terrorismo del relato. El PSOE contribuyó con la necesidad de que no hubiese “ni vencedores ni vencidos, en favor de la convivencia”. Lo que ya suponía en sí mismo la victoria de quienes asesinaron durante 40 años en lo que fue un auténtico genocidio. Muchos españoles de buena voluntad señalaron que eran las víctimas las que debían aparecer como vencedores, en una enorme cesión, quizá inconsciente, de la verdad. ¿Vencedoras de qué? Esa circunscripción de las consecuencias del terrorismo etarra a las víctimas directas del terror supuso, una vez más, sacar de la ecuación a lo que realmente estaban asesinando los secesionistas vascos, la nación Española. El terrorismo ha tenido consecuencias más allá de las víctimas. Todos, en cierto sentido, lo fuimos, aunque por desgracia unos se llevaron la peor parte, que hoy debiera empujar al resto a no permitir que tantos muertos lo fuesen en vano.
Del “ni vencedores ni vencidos” hemos llegado a que........
© Vozpópuli
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