Cómo acabar de una vez por todas con el turismo en España
En España ya todo resulta injusto y desesperante. Es una sensación pegajosa la impotencia y la humillación que sufre el paria español, más conocido como contribuyente. Un ser alienado por algo tan cutre como una Administración actúa como esos peces cuando llegan al cristal de una pecera cada vez que se invoca la democracia o el Estado de derecho por los delincuentes que buscan atracarlo ¡Arriba las manos, esto es la democracia! Algo así dijo el vergonzoso general de la UME junto a la chillona de Margarita Robles a unos pobres en Paiporta llenos de barro en un garaje inundado para decirles que se aguanten, que han de hundirse en el lodo hediondo junto a los muertos que no quisieron salvar los de la democracia porque lo importante son sus intereses políticos, no nuestras vidas.
Supongo que tras la matanza perpetrada en Valencia, donde el número real de fallecidos es ocultado un mes después, muchos relativizan las tropelías del poder y les hace tragar con más facilidad. Pero a otros, por el contrario, nos resulta cada vez más insoportable y peligroso seguir aceptando leyes y reglamentos ruinosos de una clase dirigente impune y sin control capaz de hacernos cualquier cosa por mantener un poder corrupto. La desobediencia civil es lo único cabal para........
© Vozpópuli
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