La Agencia Tributaria al rescate, como sea, de David Sánchez
Fue monumental el disgusto que me provocó leer el informe que la Agencia Tributaria remitió al Juzgado tras ser requerido para ello por la jueza de Badajoz que instruye el caso de David Sánchez. Me disgusté por varios motivos, todos ellos explicados en el artículo que se publicó en estas páginas de Vozpópuli (“La infamia del informe de Hacienda sobre David Sánchez”)
Uno de ellos consistía en el carácter anónimo del informe, incumpliendo lo que es la conducta habitual y exigible de la AEAT, en ningún momento del texto se identificaba, ni con nombre ni con su correspondiente Numma -número de identificación corporativo- al autor o autores del documento. Digo conducta habitual porque en todos -todos- los documentos de la AEAT que se dirigen al exterior consta su autoría, ya sean actas de inspección, liquidaciones tributarias o, por supuesto, informes requeridos por un Juzgado o a un Tribunal. Digo conducta exigible porque los informes remitidos a jueces o tribunales son susceptibles de la práctica de ratificación en sede judicial, fuera durante el procedimiento de instrucción o en el juicio posterior, si éste llega a producirse.
En el trámite reseñado, el autor del informe es compelido a ratificar su contenido y a explicar o aclarar cualquier cuestión que le sea preguntada por el juez o, en su caso, por el fiscal, por el abogado del Estado o por la defensa del afectado. Es evidente que el anonimato del informe remitido por la AEAT en el caso de David Sánchez impedía este trámite de ratificación, consecuencia inadmisible que constituye motivo suficiente para que la jueza haya obligado a la AEAT a rectificar esta flagrante irregularidad.
Al respecto informaba el sábado Mercedes Serraller, desde estas mismas páginas que, por fin y obligada por la jueza, la Agencia Tributaria ha tenido a la fuerza que confesar quiénes son los autores que elaboraron el informe relativo a David Sánchez. En la confesión consta que fueron tres funcionarios de la Delegación Especial de Extremadura que, respectivamente, ocupan los puestos de delegada especial, jefa de la Dependencia Regional de Inspección y jefe de la Dependencia Regional de Gestión Tributaria. ¡Que barbaridad! Se trata de los tres cargos directivos de mayor relevancia en la sede extremeña de la AEAT, circunstancia absolutamente inédita y, en mi opinión, también anómala.
Es inédita porque quiebra radicalmente la costumbre seguida por la........
© Vozpópuli
visit website