¿A quién teme el Lobato?
De todo el penoso episodio de la filtración a Juan Lobato del correo del abogado del novio de Ayuso a la fiscalía lo que más bochorno produce es cómo trata ahora, en sus comunicados y entrevistas, de desmentirse y oscurecer la realidad de lo que pasó. Penoso e inútil, porque el asunto es muy sencillo y porque por mucho que trate de enredarlo para que perdamos el hilo y nos rindamos ante otra farfulla del sanchismo lo que ha ocurrido se entiende a la primera. Moncloa tiene el correo y Moncloa decide que el encargado de hacer la filtración sea el prescindible y amortizado secretario general del PSOE madrileño, sin futuro político en el horizonte una vez se consume su sustitución por el entonces jefe de gabinete del “número uno” Óscar López.
Precisamente es la jefa del gabinete del jefe del gabinete, Pilar Sánchez Acera, (y si encuentran ustedes otro cargo laboral de nombre más ridículo por favor no dejen de comunicármelo para regocijo suyo y mío) la que le manda los whatsapps al pobre Lobato para que se inmole por la causa. La verdad es que la operación delictiva se saldaba así sin apenas bajas. Como........
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