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La banda del 'Jefe 1' Sánchez y su 'non sancta' alianza con 'Txapote' y Puigdemont

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14.10.2024

Cuando la podredumbre cerca a la “famiglia” (esposa y hermano) de Pedro Sánchez, al partido que capitanea y al Gobierno que rige con los indicios policiales y con autos judiciales que se amontonan en una miríada de escándalos, ninguna otra democracia europea consentiría que su primer ministro se mantuviera un minuto más al mando del país. Ahora bien, dado que “No verdad, Sánchez” no está dispuesto a afrontar sus responsabilidades políticas, sino a aferrarse al cargo incluso si fuera imputado como anticipa que hará su fiscal general del Estado en caso de serlo por revelación de secretos, ¿el Parlamento se plantará y desalojará de La Moncloa a quien llegó agitando la bandera de la regeneración para arriarla al instante y degenerar las instancias de poder bajo su égida? O, por contra, ¿coadyuvará a su impunidad para desdoro de las instituciones?

Porque, en esta encrucijada, todos esos diputados serán cómplices de la corrupción de Sánchez y su cohorte. Si la Cámara deja pasar como si tal cosa este reguero delictivo, llegará el día en que se avergonzará de no haber estado a la altura de las exigencias de la nación con sus instituciones minadas en este ominoso sexenio negro. Contra quien lo suyo es resistir como sea, los representantes de la soberanía nacional, por higiene democrática y por la imagen de España, deben restituir el decoro.

Sin necesidad de ser el personaje borgiano de Funes el memorioso, este introito evocará a algún perspicaz lector una catilinaria lanzada en mayo de 2018 desde el ambón del Salón de Plenos del Palacio de la Carrera de San Jerónimo. En efecto, desprovisto de comillas e intercambiado el sujeto, la diatriba se corresponde casi punto por punto con la arenga de la que se sirvió el lugarteniente de Sánchez, José Luis Ábalos, secretario de Organización del PSOE y albacea de sus secretos, para auspiciar la “moción de censura Frankenstein” en la que, tras cuestionar la legitimidad de la victoria del PP, emplazó a la oposición a derribar a quien el PNV acababa de votarle a favor los Presupuestos del Estado. Con solo 84 diputados propios en un hemiciclo de 350, Sánchez alcanzó La Moncloa, no para finiquitar la corrupción, sino para quedarse con el negocio. Es más, aprovechó la emergencia del Covid para alterar las reglas del juego y hacer literalmente de oro (con lingotes venezolanos) a su círculo más próximo como el zapaterismo con el embajador Morodo.

“Dará idea de lo que quieren a España si creen que es de recibo extender la mancha de la corrupción por todo el país”, sentenció en plan patriótico el hijo del diestro 'Carbonerito' haciendo de peón de brega de un Sánchez al que hoy anega una corrupción desbordada tras ser presidente con la argucia de la morcilla que introdujo un juez amigo en una sentencia del “caso Gürtel”, luego enmendada por la instancia superior, pero que bastó para que las televisiones amigas con el concurso del exjuez Garzón crearan el clima adecuado. Si Cesare Lombroso, el criminalista italiano del XIX, pensaba que la cara es el espejo del alma, no cabe duda de que Sánchez, pese a ser un autómata con gran dominio de la mentira, no pudo disimular el viernes, a la salida de su audiencia papal, que........

© Vozpópuli


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