Elecciones gallegas: cuando la estupidez habita junto a las meigas
Demasiadas veces los dioses confunden los sentidos de aquellos a los que quieren perder idiotizándolos y lo hace secundando “Las leyes fundamentales de la estupidez” del economista italiano Carlo María Cipolla. En concreto, aquella de que la estupidez puede dañar al enemigo de toda forma imaginable, incluida la que infiere mayor perjuicio al promotor de las mismas. En este capítulo, se circunscribe la filtración a los periodistas que cubren la campaña gallega del PP de que el primer partido de la oposición no desecha indultar a Puigdemont siempre que se entregue para ser juzgado por el Tribunal Supremo y asuma la Constitución. Sin duda, muchos condicionantes -ninguno de los cuales cabe en el cabecilla independentista-, pero pocos se detendrán en las salvedades y sí en la afirmación. Ello bastará para asentar la creencia de que el PP siempre condesciende, tras oponerse rotundo, con todos los pasos -incluso los más desatinados- que da el PSOE.
Para más inri, acontece en una semana “horribilis” para Sánchez, desenmascarado en Europa por la situación del Estado de Derecho en España y por las conexiones de su socio Puigdemont con Putin, junto a la visita de la Comisión de Venecia para desentrañar la “autoamnistía” que dota de impunidad a quien le sostiene en el poder, además de presentarse la realidad de forma abrupta a través de los tractores de las protestas y de las narcolanchas que aplastaron a dos guardias civiles en Barbate. De este modo, el inquilino de La Moncloa recibe este impagable balón de oxígeno que, agigantado por el equipo gubernamental de opinión sincronizado, le redundará mucho más que recoger un Goya. De hecho, una desatada “grupiperiodista” de TVE lo saludó como tal en la Gala del sábado. “Eres un icono, presi, ¡Te queremos!”, jaleó a quien debiera haber guardado luto oficial y acompañado a las familias de los asesinados.
Sin duda, hay mucho en juego este domingo 18-F en Galicia en una contienda a cara de perro en la que Alfonso Rueda debe confirmar la alternativa que le otorgó Feijóo. Para el PP, encierra las características de partido-trampa, esto es un encuentro de apariencia fácil que se enreda ineludiblemente. Incide en ello el traspié de última hora del PP por no saber medir las palabras tras no haberse dejado liar por los “pellets” con los que la oposición, con desmesura y desprecio de la verdad, le quiso montar otro “Prestige”.
Escaldado de las encuestas-adormidera de las elecciones generales sobre una victoria amplia que luego, al pasar por la lavadora de las urnas, encogió como para........
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