Otoño
Lentamente se va haciendo presente la nueva estación. No es el tiempo del ocaso, la decadencia o el declive, no. Por estas fechas, como si se tratara de una primavera, pero al revés, comienzan de nuevo muchas cosas. Empiezan los colegios, y poco a poco se va complicando el tráfico de Madrid con autobuses escolares y padres rezagados que, nerviosos, conducen ajetreados para que los chicos lleguen pronto al cole. En otoño se produce también una explosión de color en los bosques, donde el verde de las hojas caducas va dando paso a los tonos amarillos rojizos y ocres. Los días duran menos, tienden a ser templados durante la tarde, mientras que al amanecer y anochecer sentimos despacio el paso de fresco a frío. Aunque quién sabe, tal y como está el tiempo cualquier cosa puede pasar, incluso que el veranillo de san Miguel se distraiga y se haga esperar. De dónde vengo las calles huelen a orujo y al mosto que pronto se convertirá en el primer vino del año. Los romanos llamaban a este tiempo auctus annus, la plenitud del año.
En el otoño, cada día reduce la permanencia del sol por encima del horizonte aproximadamente tres minutos, y así los rayos perpendiculares al eje de la Tierra igualan la duración tanto del día como de la noche. No crean que lo sabía, lo acabo de leer por casualidad. Estos días nos recuerdan que pronto nos cambiarán........© Vozpópuli
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