Nuevas reglas fiscales europeas: tres aciertos y tres errores
El Consejo de la Unión Europea acordó el pasado 20 de diciembre un nuevo marco de reglas fiscales. No es aún definitivo, ya que algunos aspectos han de ser discutidos con el Parlamento Europeo, pero será muy parecido al diseño final. Como es habitual en el proceso legislativo europeo, el resultado salido del Consejo es bastante más enrevesado que la propuesta de la Comisión, ya que intenta incorporar las distintas exigencias de los Estados miembros y eso no resulta fácil. La reforma, en cualquier caso, tiene tantos aciertos como errores.
El principal acierto es, en sí mismo, que haya habido acuerdo, pues supone reconocer implícitamente la imposibilidad de aplicar las reglas anteriores (suspendidas en su aplicación desde el inicio de la pandemia), y una demostración de que los Estados miembros tienen sentido común.
El segundo acierto es el cambio de esquema (más profundo de lo que parece): abandonar el déficit estructural como variable esencial para determinar el cumplimiento de las reglas, sustituyéndolo por el concepto de gasto primario neto. El déficit estructural (es decir, el déficit independiente del ciclo económico) requiere una modelización del ciclo, y por tanto es susceptible de debate teórico; por el contrario, el gasto primario neto –entendido como gasto observable neto de medidas extraordinarias, excluyendo gasto en intereses, gasto con fondos europeos y gasto cíclico en desempleo– es prácticamente observable (tan solo hay que estimar el gasto cíclico en desempleo), y por tanto se puede evaluar si un país ha cumplido la regla de gasto sin terminar en peleas técnicas. Los conceptos estructurales no desaparecen, ya que el objetivo es controlar el gasto para ir reduciendo el déficit estructural, pero al menos el Estado miembro será juzgado por........
© Vozpópuli
visit website