El gasto público lo es todo para Sánchez
El diario El País, que refleja bien lo que se piensa en el Gobierno, publicaba el pasado domingo 24 de noviembre un artículo en el que se decía lo siguiente sobre las consecuencias de una no aprobación de la mal llamada reforma fiscal (en realidad, un conjunto bastante regresivo de medidas recaudatorias de las que solo se aprobó una parte):
“Pero había una consecuencia aún más grave, de la que se ha hablado poco: la Comisión Europea iba a exigir a España que, si no era capaz de aumentar los ingresos, entonces tendría que comprometer un ajuste de gasto que implicaría recortes profundos. Un desastre completo que podía realmente hundir la legislatura”
No se puede señalar de manera más clara y evidente cuál es el Norte de la política económica de este gobierno. Es el gasto público, para cuya financiación se suben los impuestos sin cesar.
El gasto público tiene una enorme utilidad para el gobierno Frankenstein, porque permite atender un gasto clientelar muy importante y efectivo. Gasto para colectivos entre los que esperan conseguir votos en unas eventuales elecciones. Gasto en favor de los partidos y partidillos que apoyan y sostienen el tinglado gubernamental, dado que Sánchez y el PSOE perdieron las elecciones. Gasto sin restricciones para atender las obsesiones woke y verdes de la izquierda. Gasto que se “vende” a la población como si fuera destinado “a educación y sanidad”, aunque tenga otros muchos destinos.
Y, sin embargo, otros posibles........
© Vozpópuli
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