Galgos o podencos
En la triste -triste para los que creemos en España y en su unidad- sesión plenaria del Congreso de los Diputados que inauguró el jueves pasado la nueva legislatura tuvo lugar lo que muchos nos temíamos y que tan sólo un reducido grupo de optimistas inasequibles al desaliento se resistía a aceptar, el hecho desolador de que una amalgama de enemigos jurados de la Nación, en la que hay que incluir para nuestra desgracia al PSOE, encabezada por Pedro Sánchez, se hizo con el control de la Mesa de la Cámara eligiendo como presidenta a una mallorquina pancatalanista cuya lealtad está más decantada hacia el imperialismo nacionalista de Junts que hacia el Estado del que es la tercera autoridad en orden jerárquico.
La decisión final del prófugo de Waterloo de respaldar al presidente del Gobierno en funciones estaba cantada porque en su maligna obsesión antiespañola siempre se inclinará por lo que más daño haga a la entidad histórica, jurídica, cultural y política a la que percibe enloquecido como su mortal enemiga. Desde esta perspectiva, no cabe duda de que todo aquello que alimente y prolongue la vida del patógeno letal que habita La Moncloa responde perfectamente a sus demenciales y destructivos objetivos. En realidad, las concesiones que ha recibido de Sánchez son más etéreas que reales. La Unión Europea nunca aceptará las lenguas cooficiales españolas en determinadas Comunidades como oficiales en sus instituciones porque ello la........
© Vozpópuli
visit website