BBVA: cómo arruinar el año con la estrategia del avestruz
El domingo 30 de diciembre de 2018, un día antes de abandonar la presidencia del BBVA, Francisco González apareció en la portada de El País Semanal bajo el título "El banquero outsider". En páginas interiores se incluía un amplio reportaje con declaraciones del banquero a modo de testamento tras 19 años al frente de una de las entidades financieras más importantes de Europa. Era el supuesto broche de oro a una dilatada carrera.
González seguramente quedó muy satisfecho con aquel reportaje, pero la alegría apenas le pudo durar más de una semana. El 7 de enero de 2019, su imagen y la del banco quedaron seriamente dañadas cuando se conoció que el BBVA encargó al excomisario José Manuel Villarejo una serie de espionajes para conocer quién estaba detrás del intento de asalto a la entidad por parte de la constructora Sacyr en el año 2004.
Todo lo que vino después de ese 7 de enero fueron malas noticias. Para FG, pero también para el banco. Una semana más tarde, el nuevo presidente de la entidad, Carlos Torres, se vio obligado a romper amarras con su predecesor y dijo sentirse avergonzado por las prácticas reveladas por la prensa. El ambiente se caldeó tanto entre Torres y FG que el 15 de marzo, apenas un día antes de la Junta General de Accionistas, González renunció a la presidencia de honor de la empresa.
Mientras tanto, la Justicia fue haciendo su trabajo y en julio imputó a ocho directivos del BBVA por los delitos de cohecho y revelación de secretos. En agosto se sumó la imputación del propio banco. Y........
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