No es tan sencillo como mandar a que fumen y beban en casa, pues el problema se desbordará por la otra orilla. La solución al consumo de sustancias psicoactivas y alcohol no se puede trasladar al interior de los hogares en perjuicio del bienestar de la familia, por lo que la medida popular y de coyuntura, pese a su éxito inicial y a la gratitud de la ciudadanía del entorno que se asegurará, deberá ser complementada con otras medidas que controlen las causas y el origen de la problemática o que, de manera oportuna y temprana, intervengan en la solución.

La prohibición del consumo de sustancias psicoactivas y licores en los que se esperan sean entornos seguros en Bucaramanga, (parques, zonas escolares, centros históricos y deportivos), que dejó por fuera otros entornos de congregación de niñas, niños y adolescentes, como las casas de la juventud, la Casa Búho y centros comerciales, son parte de una solución que necesariamente deberá articularse con la reactivación efectiva de los programas especializados de atención a la familia, infancia y adolescencia que en Bucaramanga, pese a la existencia de normas, se han olvidado o nunca creado por falta de interés social y de rendimientos económicos.

A manera de ejemplo, desde el 2018 en Bucaramanga, tras la terminación del contrato que propendía por la protección y restablecimiento de los derechos de niñas, niños y adolescentes de 10 a 18 años, que presentaban consumo problemático de sustancias psicoactivas, el ICBF lo olvidó, los alcaldes han mirado para otro lado y, por lo mismo, no se ha prestado el servicio especial de intervención oportuna por lo que, los consumidores de hoy, entre los 16 y 24 años, son hijos del abandono estatal y de la falta de interés político que, esperamos, sea superado.

Para complementar los entornos seguros se requiere, además del Centro de Atención en Drogadicción (CAD) municipal para adultos, los centros para atender a la recuperación de menores que consumen sustancias psicoactivas y alcohol, los que procuran proteger y restablecer los derechos de la infancia víctima de violencia sexual o de la trata de personas y los centros que protegen y garantizan los mínimos derechos constitucionales a la infancia en condición de discapacidad mental cognitiva.

Sin estas piezas en el rompecabezas que nos han dejado, al final, todo será igual o peor.

Nota: Vecinos del Parque “El Bosque Encantado”, desencantados por su deterioro, claman por recuperación y mantenimiento. (Calle 41 con 40).