Leyendo el futuro de Bucaramanga en un texto del pasado reciente (programa de Gobierno del alcalde electo), más allá del perfil del gobernado que se demanda como presupuesto para el éxito de un cambio que recuperará la gobernabilidad -tratado en columna anterior-encontramos lo que se convertirá en el más complejo obstáculo para la convivencia y la vigencia de los derechos humanos en Bucaramanga y que solo se salvará con la renuncia de Jaime Andrés Beltrán a que sus convicciones religiosas, personales y de partido, sean impuestas o que los derechos disonantes con el clamor religioso se afecten por amenaza, vulneración o inobservancia.

Así las cosas, aunque los principios fundamentales del programa de gobierno de “Defendamos a Bucaramanga” sean sólidos y fortalezcan la autoridad (que no el autoritarismo), el deber ser constitucional le obligará a flexibilizar sus acciones apartándose del discurso de campaña, para tristeza de muchos adeptos, pero por el interés general constituyente.

En el documento de gobierno para Bucaramanga, en un estado laico, encontramos frases sensibles que resultan contradictorias desde la perspectiva de derechos humanos y se constituyen en una alerta temprana, sobre los temas que nos van a mantener ocupados.

Entre principios, bases y columnas de gobierno, varias vigas. Se hace referencia a la “protección de la familia natural”, a la “concepción cristiana del hombre, de la sociedad, y del estado”, a “una Colombia con Dios”, “a la familia bíblicamente establecida”, a una gobernanza cristianocéntrica, a la educación confesional y, termina de confundirnos, la referencia cruzada al estado laico para proteger la fe en Dios.

Pareciera que vamos a tener un gobierno religioso, ya que, a todas luces, se basa en estos principios y se corre el riesgo de que, en un estado laico, las creencias religiosas influyan en las normas locales y políticas públicas, en el ejercicio de autoridad y, al que no le guste... chao.

Dicho lo escrito, además de vigilar y observar la vigencia de derechos de las minorías y de los invisibles, como ciudadanos, participaremos activamente en las dinámicas de redacción del Plan de Desarrollo y su ejecución, propenderemos constantemente por la separación entre la religión y el estado y la vigencia de la neutralidad en materia religiosa.

Lo anterior no obsta para mantener la confianza en que Jaime Andrés Beltrán, con talante para continuar una carrera política después de la alcaldía, sabrá morigerar el discurso, templar el carácter humano y afinar en Sí, “sosteniDo”.

QOSHE - La renuncia del alcalde - Eneas Navas
menu_open
Columnists Actual . Favourites . Archive
We use cookies to provide some features and experiences in QOSHE

More information  .  Close
Aa Aa Aa
- A +

La renuncia del alcalde

17 0
28.11.2023

Leyendo el futuro de Bucaramanga en un texto del pasado reciente (programa de Gobierno del alcalde electo), más allá del perfil del gobernado que se demanda como presupuesto para el éxito de un cambio que recuperará la gobernabilidad -tratado en columna anterior-encontramos lo que se convertirá en el más complejo obstáculo para la convivencia y la vigencia de los derechos humanos en Bucaramanga y que solo se salvará con la renuncia de Jaime Andrés Beltrán a que sus convicciones religiosas, personales y de partido, sean impuestas o que los derechos disonantes con el clamor religioso se afecten por amenaza, vulneración o inobservancia.

........

© Vanguardia


Get it on Google Play