La navidad es una oportunidad que se da entre los miembros de la iglesia católica, apostólica y romana para conmemorar el nacimiento del Dios hombre, es decir, la ocasión que se da en el seno de esta cultura religiosa para celebrar el cumpleaños del nacimiento de Jesucristo.

Los romanos celebraban los saturnales, que eran las festividades en honor al Dios saturno, entre el 17 y 24 de diciembre y en ellos se intercambiaban regalos celebrando el 25 como el nacimiento de Mitra, el Dios de la justicia y lo que hizo la iglesia católica fue cambiar del Dios pagano al Dios divino, asunto propuesto por Julio I en el año 350 y llevado a ejecución cuatro años después por el Papa Liberio.

Históricamente Jesús nace en tiempos de Herodes el Grande que reinó entre el año 40 – 4 a.C. y por lo tanto se considera que el real nacimiento del fundador de la iglesia tiene lugar en el año 7 a.C. y el 3 d.C. con el nuevo calendario Juliano.

Sin embargo, es un hecho que nuestra cultura religiosa ha entronizado el 24 de diciembre como el nacimiento del redentor y en torno a ello se generaron unos hechos, no históricos, sino de fe, que dicen que nació en un pesebre y que debemos prepararnos para esa ocasión celebrando una serie de ritos religiosos, como por ejemplo la novena de aguinaldos, que es una curiosa ocasión para rezar algunas oraciones desarrolladas para el efecto por un sacerdote ecuatoriano nacido en 1.700 y muerto en Cali en 1.773 y quien, con doña María Clemencia Gertrudis de Jesús Cayzedo Vélez Ladrón de Guevara de Aróstegui y Escota, desarrollaron e impusieron la novena de aguinaldos cuyo texto original fue obsequiado por el fraile a la señora en mención y cuya primera edición impresa se hizo en Lima en 1788 y posteriormente fue conocida en Bogotá por una edición hecha por la imprenta patriótica en 1807.

Es pues una oportunidad para congregar a las familias en torno a la natilla, los buñuelos y a todos en general, así como la ocasión para hacer una introspección, evaluar nuestra forma de actuar e intentar corregir lo malo y perfeccionar aún más lo que ya hacemos bien.

Por todo lo anterior, deseo a todos una Feliz Navidad.