Por si éramos pocos parió la burra,
Que es el nombre que se da a las madres
Que paren políticos en vez de hijos;
Y en vez de gritar felices el ¡hurra!,
Piden que recen por ellos a sus cofrades,
Para que enderecen sus pasos estos pijos,
Que se pasan la vida sin hacer nada,
Salvo reivindicar el derecho de pernada;
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Y estos tipos, aunque parezca mentira,
-incluyendo, claro ésta, a las féminas,
Que la que sale política, ¡santo cielo!,
Más que hija de madre, parece de la ira,
Cuando no, ya es desgracia, de una acémila
De verdad, a la que con tanto celo
Cuidan-, unos y otras se empeñan en ser,
Salvo alguna excepción, gente de mal ver;
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Y lo que es peor y pruebas no requiere,
Porque esta a la vista de todo el mundo,
Es que en la Política hay cada pieza,
Por citar alguna: esos de los ERE
De Andalucía, o ese vagabundo,
Que piensa con los pies y anda de cabeza,
Construyéndose el mismo su Puente,
De plata, para con él huya su gente;
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Que es lo que parece que está ya en puerta,
Que cada cual, cuale o cuala, -que de todo
Hay en el extenso erial de la Izquierda-,
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A su manera, viendo que está abierta,
Ya de un próximo fracaso con el lodo,
Con este mismo quiere tapar la mierda,
De su próximo adiós con su último beso,
Que el Sánchez no es capaz con su …“¡pues eso!”