El Club Atlético Palmaflor, que por un tiempo fue también conocido como Municipal Vinto, ascendió a la primera división del fútbol boliviano en diciembre de ese año maldito que fue 2019. Su ascenso fue una de las contadísimas buenas noticias que recibió Cochabamba antes de cerrar el año en que se rompió Bolivia. Poco o nada se sabía de su origen e historia. Ni siquiera la campaña que lo consagró tuvo la atención suficiente en esos días en que las inquietudes ciudadanas eran de índole eminentemente política.

Su logro no fue menor. El título conquistado en la Copa Simón Bolívar rompió con un déficit de equipos cochabambinos en primera que se había extendido por décadas. Wilstermann y/o Aurora eran los únicos clubes locales que, no pocas dificultades, habían conseguido estabilizarse en la máxima división del fútbol boliviano. Tres planteles (que, poco después, serían cuatro) era un número atípico para Cochabamba en la liga nacional. Y contra todo pronóstico, su participación no se redujo a mantener la categoría, sino que pronto ganó el arrojo necesario para competir en la parte alta de la tabla. Hasta donde recuerdo, en las cuatro temporadas que jugó, dos veces llegó a Copa Sudamericana para disputar la instancia de eliminación con otro equipo boliviano. En este 2023 encaró precisamente su más reciente Sudamericana, cayendo estrepitosamente ante Blooming. Puede que la goleada sufrida con los cruceños haya sido el punto de inflexión que encaminó su desbarrancamiento. Para entonces, ya había pasado a manos de las federaciones cocaleras del Trópico cochabambino, movido su sede a Villa Tunari, adoptado otra indumentaria y cambiado su nombre a Palmaflor del Trópico.

No hace falta ser un genio para establecer que la migración de Palmaflor a la tierra de los cocaleros fue incontestablemente fallida y derivó en que perdiera la categoría hace ya una semana, tras una campaña 2023 tristísima. Más que puntos, a lo largo del año sumó escándalos, renuncias, deudas y reclamos. (Ahora mismo no se sabe quiénes ni cómo jugarán su último partido de la liga.) Pero, si hay algo que me resulta incluso más penoso que su descenso como tal, es que, en los hechos, a nadie le importe. Nadie lo está llorando ni lamentando genuinamente. Lo que se oye por todas partes son recriminaciones a sus dirigentes o a sus jugadores. El fracaso mayor de Palmaflor (esto es, el de quienes lo gestionaron) no es que haya descendido a una competición menor, sino que, en sus cuatro años de permanencia en primera, no haya sido capaz de crear una hinchada, de hacerse querido e imprescindible siquiera para un puñado de seguidores. Más que su muerte en primera, duele la indiferencia con la que se ha ido, el olvido al que ha sido condenado aun antes de caer. Un olvido que, a simple vista, es muy propio de una comunidad malsanamente politizada, donde solo merece vivir aquello que resulte funcional a un determinado proyecto de poder.

DIOS ES REDONDO

SANTIAGO ESPINOZA A.

Periodista

@EspinozaSanti

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¿Cuándo se jodió Palmaflor?

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03.12.2023

El Club Atlético Palmaflor, que por un tiempo fue también conocido como Municipal Vinto, ascendió a la primera división del fútbol boliviano en diciembre de ese año maldito que fue 2019. Su ascenso fue una de las contadísimas buenas noticias que recibió Cochabamba antes de cerrar el año en que se rompió Bolivia. Poco o nada se sabía de su origen e historia. Ni siquiera la campaña que lo consagró tuvo la atención suficiente en esos días en que las inquietudes ciudadanas eran de índole eminentemente política.

Su logro no fue menor. El título conquistado en la Copa Simón Bolívar rompió con un déficit de equipos cochabambinos en primera que se había extendido por décadas. Wilstermann y/o Aurora eran los únicos clubes locales que, no pocas........

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