La noche de reyes me fui a la cama pronto. Había cenado una tortilla francesa y un consomé de pollo según la receta de mi madre. Bebí una copa de “Sardasol” y toqué el cielo por donde los reyes circulaban a esa hora. En medio de la noche, a esa hora en que te despiertas oyendo la respiración de quien tienes al lado, entré en un sueño extraño. Alguien movía mi cuerpo desnudo conduciéndome en volandas hasta un altar cubierto por un mantel ensangrentado. Sobre él reposaban varias manos cortadas con diversas etiquetas donde se leía a qué habían dedicado sus días hasta ser desgajadas del brazo.

Había una con el dedo índice enganchado al gatillo homicida, otra que había acariciado tanto el cuerpo amado que aún se notaba la furia de sus músculos, otra que había firmado varias condenas de muerte tras acostar a sus hijos. También la de un notario que había dado fe de muchas falsedades, y la de una neurocirujana con las uñas recién pintadas. Otra todavía tenía el anillo de casada. Al lado, la de un bombero con un tatuaje en llamas, otra de un atracador con la fecha del último robo y la de un traficante de sueños que padecía insomnio. Otra con la fecha de caducidad de su último amor y una con las uñas rellenas de polvo de oro. Vi una enorme que perteneció a un afinador de pianos, y otra negra, con el dibujo de un mapa entre las líneas de vida. También la de un obispo que había perdido su fe en un sínodo y la de un minero a la que faltaban tres dedos. Había otra muy vieja, de venas azuladas por donde un día circuló el amor y la de un ciego que al morir abrió los ojos y vio una gran estrella. Y vi también la de un bebé con el nombre de sus progenitores muertos en una guerra bendecida por Yahvé.

Una mano amiga que me despertó. Me levanté. En la cocina olía a café. Al abrir la ventana entró un olor seco, como si el mar se hubiera retirado del mundo. Nada, un mal sueño.

QOSHE - Un mal sueño - Paco Roda
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Un mal sueño

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07.01.2024

La noche de reyes me fui a la cama pronto. Había cenado una tortilla francesa y un consomé de pollo según la receta de mi madre. Bebí una copa de “Sardasol” y toqué el cielo por donde los reyes circulaban a esa hora. En medio de la noche, a esa hora en que te despiertas oyendo la respiración de quien tienes al lado, entré en un sueño extraño. Alguien movía mi cuerpo desnudo conduciéndome en volandas hasta un altar cubierto por un mantel ensangrentado. Sobre él........

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