Domènec García

Ante el Real Madrid, el Barça jugó bien y perdió sin merecerlo. En San Sebastián, jugó mal y ganó sin merecerlo. Anoche, en Hamburgo, jugó mal y perdió merecidamente en un patatal impresentable, todo hay que decirlo.

Pero lo más preocupante no fue el 1-0 final sino la triste prestación del equipo que, tras atracarse de balón (700 pases, el doble que el rival, 342) y de posesión (68% a 32%), solamente envió un balón entre los tres palos. Menos no se puede pedir. Mientras, el Shakhtar Donetsk, además del gol de Sikan al filo del descanso, forzó hasta tres ocasiones más, que Ter Stegen tuvo que abortar para evitar una goleada.

Hablando claro, el Barça de Xavi es ahora mismo la imagen del desbarajuste y la impotencia. No es un equipo trabajado, domina mucho, pero resuelve poco o nada y eso es producto de esa exasperante lentitud y los escasos recursos que tiene para crear ocasiones y marcar goles. No sé cómo son los entrenamientos, pero no es difícil pensar que no se preparan mecanismos ni automatismos con los que desbordar y crear espacios, a fin de traducir en goles su innegable superioridad técnica.

Los únicos recursos estratégicos son el pase atrás y el centro al área a lo que salga, ambos impropios de un equipo con aspiraciones.

Los ucranianos ganaron porque forman un grupo tácticamente trabajado en el que, consciente de sus limitaciones, los jugadores saben el papel que interpretar: fuertes atrás, rápidos en los contragolpes y una entrega sin límites. Ese Barça atascado y sin chispa ni ingenio, aún no sabemos a qué jugó anoche.

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Desbarajuste e impotencia

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08.11.2023

Domènec García

Ante el Real Madrid, el Barça jugó bien y perdió sin merecerlo. En San Sebastián, jugó mal y ganó sin merecerlo. Anoche, en Hamburgo, jugó mal y perdió merecidamente en un patatal impresentable, todo hay que decirlo.

Pero lo más preocupante no fue el 1-0 final sino la triste prestación del equipo que, tras atracarse de balón (700 pases, el doble........

© Mundo Deportivo


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