Carlos Zaballa
El Athletic 23-24 se empieza a parecer a aquel equipo que ganaba día sí y día también a sus rivales en San Mamés en épocas pasadas, ya muy lejanas. Casi estamos hablando de la prehistoria del fútbol, cuando a los leones solo les hacían frente en la vieja Catedral los otros dos clásicos de la Liga, Real Madrid y Barça.
El equipo rojiblanco suma la friolera de 14 victorias en casa (11 de Liga y 3 de Copa), tres empates y solo una derrota. La hinchada no ve perder a su equipo como local desde el 12 de agosto, cuando el Real Madrid se llevó los tres puntos en la primera jornada.
Hace muchos años que no se recuerda una temporada así. Acudir al campo bilbaíno es una gozada, un disfrute para los ojos. La victoria casi está asegurada y cuando no es así y hay que conformarse con un empate, como hace quince días ante el Barça, sabe a triunfo por cómo llegó: solo tres días después de clasificarse para la final de Copa, con cambios en el once y algunos jugadores con muy pocos minutos.
El equipo gana incluso cuando juega menos bien y tiene la efectividad necesaria para convertir las ocasiones creadas, un déficit importante en años anteriores.
Y cuando es necesario aparece Unai Simón para salvar al equipo de encajar gol con 0-0 en el marcador. El Alavés jugó una buena primera media hora de partido, pero entonces el de Murgia sacó toda su magia. No es fortuna ni mucho menos, es disponer de uno de los mejores porteros del mundo.
San Mamés impresiona
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18.03.2024
Carlos Zaballa
El Athletic 23-24 se empieza a parecer a aquel equipo que ganaba día sí y día también a sus rivales en San Mamés en épocas pasadas, ya muy lejanas. Casi estamos hablando de la prehistoria del fútbol, cuando a los leones solo les hacían frente en la vieja Catedral los otros dos clásicos de la Liga, Real Madrid y Barça.
El equipo........
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