Muy mal terminó el mes de enero para el sindicato que dirige el independentista redimido Pepe Álvarez. El día 23, la Sala de lo Contencioso-Administrativo del Tribunal Supremo anulaba el Real Decreto 1027/2022. Lo firmaba la ministra Pilar Alegría y había adjudicado de manera directa 30 millones en subvenciones a UGT y a las patronales CEOE y CEPYME. El sindicato fue agraciado con 10.208.333€ y con esta morterada de dinero los de Álvarez se comprometían a impartir 30 horas lectivas, a un máximo de 41.667 trabajadores, para contribuir a "la digitalización del sector productivo".

Dos años antes, en plena pandemia, la anterior ministra de Educación, Isabel Celaá, ya le había enchufado otros 10 millones a UGT con el mismo propósito [Real Decreto 1104/2020]. El Tribunal Supremo consideró entonces que la adjudicación directa "estaba justificada al existir circunstancias singulares para no seguir la convocatoria pública, ya que se realizó en plena pandemia de COVID-19".

Coincidiendo con la anulación de la subvención, el pasado lunes 29 de enero se iniciaba en la Audiencia de Sevilla el juicio a cinco antiguos responsables de UGT-Andalucía, entre ellos el ex secretario general, que asumió el cargo cuando ya había estallado el escándalo y se "comió el marrón". Están acusados por los supuestos delitos continuados de fraude de subvenciones y falsedad en documento mercantil. La Fiscalía Anticorrupción solicita una pena global de 26 años de prisión. El sindicato podría ser declarado responsable civil subsidiario. De ser así se enfrentaría a una condena de 290 millones.

En su intervención, el fiscal Fernando Soto afirmó que "UGT institucionalizó el fraude y lo pactó con sus proveedores". Supuestamente usaron 40,7 millones de fondos destinados a los desempleados para financiar su actividad sindical, pagar la caseta de feria, sobresueldos, pancartas y carteles". Sí… y eso que piensan ustedes, también.

En diciembre de 2022, según informó en su día ABC, el Consejo de Gobierno andaluz aprobó el acuerdo alcanzado por la UGT con la Agencia Tributaria de Andalucía por el que el sindicato se comprometía a devolver en 25 años los 36 millones de euros que le reclamaba la Administración autonómica, correspondientes a subvenciones que no estaban correctamente justificadas.

Un año antes de ese acuerdo, el 1 de diciembre de 2021, el juzgado de lo Penal número 3 de Oviedo condenaba a 2 años y 10 meses de cárcel a Justo Rodríguez Braga, secretario general de UGT-Asturias hasta 2016, por tres delitos de fraude en las subvenciones públicas. También fue condenada la ex secretaria de administración y el responsable de formación. La sentencia habla de una "actuación concertada, una operativa orientada al sistemático desvío de parte de los fondos públicos recibidos". Considera probado que en las subvenciones para cursos de formación entre los años 2011 y 2012, parte de ese dinero se destinó a gastos del sindicato.

Reconocerán ustedes que, con esos precedentes, tiene su guasa hacer merced a UGT de 20 millones de euros para "la digitalización del sector productivo" y formar a más de 80.000 trabajadores [41.000 en cada convocatoria]. ¿Ha tenido en cuenta la ministra Alegría estos antecedentes a la hora de valorar la idoneidad?

Según recoge la sentencia del Tribunal Supremo, la Intervención Delegada señaló en su informe que: "no se entiende que se puedan conceder nuevas subvenciones cuando no consta la realización de las actividades subvencionadas con la misma finalidad y beneficiarios, que tenían anticipado el pago del 50% y como fecha límite para gastos subvencionables el 30 de junio de 2022 y para su justificación el 30 de septiembre de 2022".

Algo no encaja porque mientras la Intervención Delegada afirma que "no consta la realización de las actividades", la ministra Alegría lo desmiente: "En estos momentos, los interlocutores sociales están ejecutando la actuación… siendo los resultados adecuados para el desarrollo del proyecto".

Pero, miren, en esto de las subvenciones todo depende del ‘relato’, cuanto más confuso mejor. Si atendemos a los propósitos del Proyecto, además de formar a los trabajadores y crear empleo, UGT, CEOE y CEPYME "deberán contribuir al objetivo de autonomía estratégica y digital de la Unión Europea, así como garantizar la seguridad de la cadena de suministro, teniendo en cuenta el contexto internacional y la disponibilidad de cualquier componente o subsistema tecnológico sensible que pueda formar parte de la solución"... bla, bla, bla. Cuando ustedes lean algo así de chiripitifláutico, den por malgastado el dinero.

En su declaración en la Audiencia Provincial de Sevilla, durante la segunda sesión del juicio contra la UGT, el comandante de la Unidad Central Operativa de la Guardia Civil que dirigió la investigación afirmó que el sistema ideado por el sindicato para financiarse a través de subvenciones, no fue exclusivo de dicha central regional. "Esta forma de actuar se ha repetido en diferentes federaciones y provincias. ¿Es un modus operandi propio de la UGT-Andalucía? Yo diría que no".

No anda desencaminado el comandante de la UCO. En este artículo han aparecido la UGT de Andalucía, la de Asturias… sigamos por la ‘a’: la UGT de Aragón. En esta comunidad, el sindicato constituyó en 2010 la empresa Unión Aragonesa de Servicios, que se liquidó en 2018. En su Consejo de administración figuraban los dirigentes regionales de la UGT. Pues eso.

QOSHE - A la UGT se le amontonan los millones - Pedro Gil Ruiz
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A la UGT se le amontonan los millones

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05.02.2024

Muy mal terminó el mes de enero para el sindicato que dirige el independentista redimido Pepe Álvarez. El día 23, la Sala de lo Contencioso-Administrativo del Tribunal Supremo anulaba el Real Decreto 1027/2022. Lo firmaba la ministra Pilar Alegría y había adjudicado de manera directa 30 millones en subvenciones a UGT y a las patronales CEOE y CEPYME. El sindicato fue agraciado con 10.208.333€ y con esta morterada de dinero los de Álvarez se comprometían a impartir 30 horas lectivas, a un máximo de 41.667 trabajadores, para contribuir a "la digitalización del sector productivo".

Dos años antes, en plena pandemia, la anterior ministra de Educación, Isabel Celaá, ya le había enchufado otros 10 millones a UGT con el mismo propósito [Real Decreto 1104/2020]. El Tribunal Supremo consideró entonces que la adjudicación directa "estaba justificada al existir circunstancias singulares para no seguir la convocatoria pública, ya que se realizó en plena pandemia de COVID-19".

Coincidiendo con la anulación de la subvención, el pasado lunes 29 de enero se iniciaba en la Audiencia de Sevilla el juicio a cinco antiguos responsables de UGT-Andalucía, entre ellos el ex secretario general, que asumió el cargo cuando ya había estallado el escándalo y se "comió el marrón". Están acusados por los supuestos delitos continuados de fraude de subvenciones y falsedad en........

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