Según consta en el acuerdo político de investidura de Pedro Sánchez entre el PSOE y Junts per Catalunya (JxCat), el denominado "conflicto entre Cataluña y el Estado español" se debe a la sentencia del Tribunal Constitucional que enmendó el Estatuto de esa comunidad autonómica. También la proposición de ley de amnistía pactada entre el partido socialista y los partidos independentistas alude a dicha sentencia como causa del procés.

Las dos alusiones se sustentan en la falsedad más absoluta. Dicha sentencia provocó una manifestación multitudinaria en Cataluña el 10 de julio de 2010 que tuvo que abandonar a la carrera y protegido por la policía el entonces presidente de la Generalidad, el socialista José Montilla. No fue hasta dos años después, el 11 de septiembre de 2012, que el independentismo volvió a tomar las calles y comenzó de manera "oficial" el procés. En ese lapso, Artur Mas logró la presidencia de la Generalidad y gobernó con el apoyo del PP, el mismo partido al que los socialistas acusan de haber prendido la mecha del descontento independentista.

Quien activó el proceso separatista fue el propio Artur Mas, acuciado por una situación económica catastrófica y como un intento por desviar la atención y culpar al Gobierno que entonces presidía Rajoy de los duros recortes económicos en sanidad, educación y demás prestaciones sociales perpetrados por el gobierno autonómico tras años de obsceno despilfarro en gastos identitarios.

En un reciente artículo de El Periódico de Cataluña, la profesora de Ciencias Políticas Astrid Barrio recuerda algunos de estos hechos. Barrio, que ha participado en el comité de expertos convocados por el actual presidente de la Generalidad, Pere Aragonès, para elaborar un informe sobre un "Acuerdo de claridad", sostiene que el Estatuto recortado por el Tribunal Constitucional respondía a una "demanda inexistente desde el punto de vista social, solo hace falta ver el escaso entusiasmo que despertó el referéndum de aprobación". En efecto, la participación fue del 48,85%.

La profesora destaca además en su artículo que ERC pidió el voto en contra del Estatuto y escribe que "fue un invento de Pasqual Maragall para competir con CiU cuando esta dependía del PP y que solo fue asumido por los nacionalistas catalanes cuando Artur Mas sucedió a Pujol". También señala que el acuerdo suscrito por el secretario de organización del PSOE, Santos Cerdán, y el secretario general de Junts, Jordi Turull, "no menciona la deslealtad que rigió todo el proceso de elaboración del nuevo texto, algo que todo el mundo sabía y nadie reconocía abiertamente hasta que José Montilla, el 20 de enero de 2019, en una conversación con Mas en La Vanguardia, literalmente dijo: ‘Tú sabes la subasta que significó la elaboración del Estatut. Tú cuando veías que había un acuerdo, subías el listón, los de ERC se acojonaban y subían... No nos hagamos trampas. El Estatut no lo hicimos muy bien’".

Pero no acaba ahí el repaso de la señora Barrio al documento suscrito por el PSOE y Junts. "Y por último relata cómo la frustración por la sentencia del Estatut, una frustración, dicho sea de paso, se expresó con retraso notable porque más allá de la manifestación de 2010 no tuvo impacto político hasta 2012, y lo hizo convenientemente atizada por los dirigentes nacionalistas en un contexto de crisis económica, dio lugar a diversas demandas que no fueron atendidas. El pacto fiscal concretamente, hay que recordar, se planteó en un mal momento cuando España estaba al borde del rescate económico. Y a partir de entonces ya todo pasó a ser el referéndum", escribe la politóloga.

Dice más cosas en el artículo. Habla, por ejemplo, de las sesiones del 6 y 7 de septiembre de 2017 en el Parlamento de Cataluña y hasta de los decretos de Nueva Planta tras la Guerra de Sucesión, que no de secesión, en 1714. Quien tenga interés no tiene más que teclear el nombre de su autora y el medio. Se publicó hace tres días, el 12 de noviembre, con el título La asunción de un relato infame.

No hace falta tener una memoria de elefante ni grandes conocimientos de historia para saber y comprender lo que ha ocurrido en Cataluña en los últimos once años, los que abarca la ley de amnistía en la que se sustenta la reelección de Pedro Sánchez. Lo que ha sucedido no tiene nada que ver con un conflicto entre una nación y un Estado. Es otra cosa muy diferente y tiene que ver con el intento de una oligarquía política profundamente corrupta que desde hace cuatro décadas ha manipulado groseramente a una parte de la sociedad para conseguir sus fines totalitarios y supremacistas. Puro discurso del odio contra España y los ciudadanos considerados no catalanes en la escuela, los medios de comunicación, las administraciones públicas, los partidos catalanistas y las organizaciones llamadas "cívicas", todo ello sostenido con fondos públicos de toda la sociedad, también de aquella llamada a extinguirse en Cataluña. Lo pueden llamar "convivencia", "apaciguamiento", "concordia", "reencuentro" o "reconciliación", pero es una puñalada trapera contra la libertad y contra la igualdad.

QOSHE - Una puñalada trapera contra millones de ciudadanos - Pablo Planas
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Una puñalada trapera contra millones de ciudadanos

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16.11.2023

Según consta en el acuerdo político de investidura de Pedro Sánchez entre el PSOE y Junts per Catalunya (JxCat), el denominado "conflicto entre Cataluña y el Estado español" se debe a la sentencia del Tribunal Constitucional que enmendó el Estatuto de esa comunidad autonómica. También la proposición de ley de amnistía pactada entre el partido socialista y los partidos independentistas alude a dicha sentencia como causa del procés.

Las dos alusiones se sustentan en la falsedad más absoluta. Dicha sentencia provocó una manifestación multitudinaria en Cataluña el 10 de julio de 2010 que tuvo que abandonar a la carrera y protegido por la policía el entonces presidente de la Generalidad, el socialista José Montilla. No fue hasta dos años después, el 11 de septiembre de 2012, que el independentismo volvió a tomar las calles y comenzó de manera "oficial" el procés. En ese lapso, Artur Mas logró la presidencia de la Generalidad y gobernó con el apoyo del PP, el mismo partido al que los socialistas acusan de haber prendido la mecha del descontento independentista.

Quien activó el proceso separatista fue el propio Artur Mas, acuciado por una situación económica catastrófica y como un intento por desviar la atención y culpar al Gobierno que entonces........

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